Callar, sólo hablar con el pensamiento, es el único que realmente te escucha, los oídos parecieran no oírte… es qué acaso tus palabras mudas están?... puedes gritar con toda la potencia… pero recuerda: los sordos no escuchan, y no hay peor sordo que aquel que no quiere escuchar, así que más bien habla con el viento, al menos se llevará tus palabras lejos y quizás alguien al otro lado del planeta quiera atenderlas, escucharlas y… entenderlas?. Todo pasa muy rápido ante ti, los recuerdos renacen… sientes que caes en un hueco que pareciera no tener fin. Recordar es vida aunque a veces no sea una feliz, son nuestro pasado, nos han traído al presente y puede darnos una idea inexacta de nuestro futuro, por ello sabemos de donde vinimos y tal vez ya sepamos hacia donde vamos…
Caminar mientras se piensa, sólo escuchas el canto de la naturaleza ante ti, los árboles parecieran contar historias, los pajaritos la escuchan atentamente y salen presurosos a compartirla con los demás y buscar nuevas ideas de contarlas. El viento mece la pradera de derecha a izquierda, te sientas sobre la sombra de un gran árbol para evitar la luz del sol y sólo sentir su calor, observas el horizonte, tu mirada se pierde en la lejanía e imaginas como sería llegar hasta allá algún día… De repente todo lo que estabas viendo desaparece, todo queda oscuro, no sabes que hacer, a lo lejos ves una pequeña luz aproximarse hacia ti, viene lento, la desesperanza comienza a abrirle camino a la desolación, tu alma apacible se ve perturbada por la inocencia de su trágica presencia, de tus labios se escapa un suspiro… en medio de la nada logras ver sus penetrantes ojos, acechantes e inquisidores, vacíos de remordimiento y llenos de maquiavélicos pensamientos… el viento sopla en tu oído ¿es un susurro para desfallecer ó para dar alivio?, cantidad de ideas vagan por tu cabeza, tratas de mantener la compostura, tu cuerpo inmerso en el frío del destino tirita buscando abrigo. En un acto de valentía la invitas a estar contigo – ven siéntate a mi lado, acompáñame a estar en ti sin caer en ti para alejarme de tu lado – le dices mientras la luz pareciera alejarse con cada palabra, está tan lejos que no sabes si está más cerca ó más lejos de ti, su resplandor no es el más adecuado, pero en éstos momentos es una gran ventaja, te encanta sentir su calor pero prefieres que brille fuerte por sí misma y no que se apague por buscarte a ti para sacarte de tu penumbra mental. Le gritas en un tono despectivo – Detente no quiero verte, no te necesito – mientras tu ser es cobijado bajo el manto de la enemiga, lentamente comienza a amarrar tus pensamientos, en tu mente alberga la esperanza que la luz no te obedezca, se acerque y con su luz ahuyente a la fiera de la que ahora eres presa… La decepción se dibuja en tus ojos anegados ahora en llanto, la luz se ha alejado tan rápido que apenas fue perceptible, una vez más sólo están las dos, tu mirada busca el suelo, tal vez ahora el único consuelo, te preguntas por qué te ha dejado una vez más a su merced, por qué deja que te hundas en el hoyo de su mano, que logra absorberte cada vez más y más cada segundo que pasa, no te explicas el por qué a tantas preguntas que ahora aparecen en la nada y de la nada, tu esperanza de hallar un verdadero aliado se derrumba junto con tus sueños, parece que al final nadie quiere tomarte de la mano y luchar hombro a hombro contra su persistente existencia.
Las lágrimas se escapan de tus ojos desaforadamente, no quieres que salgan, pero ¿cómo detenerlas a todas al mismo tiempo? Una suave caricia aparece en tu mejilla derecha, una lágrima ha sido detenida por una mano aparentemente extendida para ti, un pañuelo blanco cubre sus dedos, parece tan irreal que dudas en tomarlo, después de mucho meditarlo decides hacerlo, quieres ver el rostro de aquel ser que logró romper las barreras del miedo, así que giras tu cabeza con gran rapidez, la ilusión espectante se ve opacada por la inmensa NADA de su alrededor, - entonces ¿de dónde ha salido aquella cálida mano qué me ha ayudado?- te preguntas desconcertada, sólo puedes verte a ti y el desvanecer de la mano que se pierde al otro lado de la cerca creada entre tú y la NADA. Vuelves a sentirla ferviente en tu alma, sollozante tratas de convencerte que no necesitas de nadie, pero con cada sílaba que emites te haces consciente de la mentira que profesas con cada letra, “Hasta los superhéroes necesitan ayuda de vez en cuando”. Golpeas tu cabeza tratando de abandonar locas ideas... estás una vez más atrapada en la misma encrucijada, tratando de hablar con tu sombra, queriendo evadir algo sin regreso... – “Egoístas todos aquellos que piensan en el YO, para nunca detenerse a hacerlo con el TÚ o aún mejor en NOSOTROS” – es tan fácil crear mundos irreales en nuestro pensamientos, donde nos podemos ocultar de todo y estar en el encierro de nuestro propio sueño… pero… de qué sirve si te los arrebata uno a uno, hasta dejarte la mente en blanco, tiñendo las paredes de tu cabeza de soledad intensa, debe tener una colección enorme con todos los que se ha llevado, no sólo los tuyos o los míos, si no de todos los que son acogidos en los brazos de su dolor… de todos los que estamos esperando una luz lo suficientemente fuerte para marcar el sendero que logre quitar el oprobio intenso de su encierro a todos los sentimientos que se ahogan en el hundimiento que pareciera ser eterno.
Soñar, alimentar el alma con falsas esperanzas, son sólo ideas que el corazón anhela y la razón alimenta buscando escape, son como los oasis que se ven en medio del desierto, desaparecen cuando sólo te faltan algunos metros para estar en ellos. Bajo el candente sol, tu interior siente un frío invernal que logra penetrarte y llegar hasta tus huesos, aunque el calor es insoportable sientes que morirás de hipotermia. Escapar, pero sólo con el pensamiento porque sabes que todo tu ser está atado a ella, a su agobiante pero consoladora presencia, tu alma termina por acostumbrarse a ella, se convierte en tu amiga predilecta y enemiga perversa, el auxilio inmediato … que mata tu YO con cada paso, fortalece tu razón sobre el corazón.
Una vez más clamas pidiendo al cielo que envíe a alguien capaz de sacarte de ese desierto, anhelas ver más que tus manos… quieres ver que alguien atraviese la cerca, rompa las cadenas y se vuelva en tu compañía perfecta, en el reflejo de tu ser… aunque… tal vez ya la tengas pero no logres verla por el encierro de un amargo recuerdo, de palabras y sentimientos que no quieres transmitir a nadie para no herir más que a tu propio Yo, un ser altruista por naturaleza…
Una dulce voz rompe el silencio, es tan bella que no logras compararla con nada ya existente – recuerda siempre éste momento, donde prometo alejarte de su ferviente deseo de alejarte de todos tus sueños, ilusiones y pensamientos… No dudes en tomar mi mano siempre que la necesites, no importa cuantas veces sea…siempre estará extendida para ti, déjame acompañarte en tu trasegar, para secar tus lágrimas y festejar todas las batallas ganadas ante su imparable insistencia de acabar con tu presencia, déjame estar en su lugar y cambiar tus lágrimas de dolor por cristales de paz interior, su frío invernal por calor primaveral… caminemos por la arena y dejemos un sendero con cuatro huellas que nos recuerden un hermoso pasado lleno de risas y llantos que forjarán nuestra historia “el ser en el espejo”, dándole así un final al silencio nacido de la NADA…-
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