viernes, 21 de junio de 2013

Como un niño...

Irónico pensar que usan como ofensa el ser o parecer un niño cuando son ellos los que más saben de la vida en su ignorancia... sí, en su ignorancia de ser personas vacías y sin gracia.

Ser infantil… ser inocente, cálido… estar alejado de los sentimientos marioneta, sí de esos que creas por encajar o agradar a una sociedad… en una masa inerte que se mueve inercialmente siguiendo códigos que parecen comandos de juego, reglas insípidas que le quitan color a la vida y cuadriculan las circunstancias, nada puede ser sin dejar de parecer porque entonces es un error, está mal… es pecado…

Pecado es perder la capacidad de sentir por convicción y no por condición social, política, religiosa… pecado es perder la sonrisa detrás de una máscara de aprobación frente a jefes o dirigentes que creen tener el poder sobre nosotros… claro, le hemos dado ese privilegio todo por el dinero o privilegios dentro de una organización…

 Cuando eres niño eso no importa, todo lo que deseas está a tu alcance, basta con tomar una rama y nombrarla como se te dé la gana, y entonces se convierte y satisface tu sueño, todo puede ser en tu mente… para qué más, después de todo cada uno es un universo diferente capaz de crear historias tan maravillosas y extraordinarias que de verdad es una pena madurar y podrirse en la cotidianidad aburrida y sin lógica de crecer y ser adultos.

No en vano un libro tan sagrado dice “de los niños es el reino de los cielos”… De los niños… Han pensando en el amor de un niño… sí, ese primer amor con su madre o su padre, incondicional, sin razón ni lógica aparente, simplemente lo siente y lo expresa, inclusive sus celos entre hermanos son inocentes y carentes de cualquier daño a su par, sólo se esfuerza por llamar más la atención y ganar ese lugar que tanto anhela, pero sin pensar jamás en exterminar, humillar o desaparecer, así sea de manera metafórica a su igual, de hecho… es increíble pensar que cuando más pelean de pequeños, por lo general, más unidos están a medida que crecen, porque siempre son sinceros, aún en sus “peores sentimientos” son capaces de demostrar la grandeza pura de su alma.

Sólo un niño es capaz de entender los reinos del TÚ, el YO y convertirlo en nosotros, muchos podrían tomarlo como errores gramaticales, claro, ya crecieron y aprendieron… o desaprendieron en este caso su uso… “Y YO te amo a ti” sería lo “correcto” pero para mí tiene más fundamento “Y YO te amo a TÚ”… ¿qué es el TÚ… el YO? Todo lo que ser el otro encierra, no sólo lo bonito, lo que muestra, es el trabajo real de conocer al otro ser tenga el rol que tenga, es aprender de qué manera se narra frente al mundo y comprender por qué lo hace, es estar leyendo un libro fluctuante, que se modifica con el día a día, no siempre podemos esperar lo mismo de la marea aún cuando se conocen patrones conforme el movimiento del sol y la luna, y el paso implacable del tiempo y sus estaciones… así mismo está el YO, aunque ese suele ser algo peligroso, porque entonces se creó para autodestruirse al encontrarse, pero sólo así lograrás ser transparente, no tanto con el mundo… el mundo eres tú el alrededor el lienzo sobre el cual te pintas a diario… El NOSOTROS, bueno, son alianzas que logras formar con TÚS alrededor, capaces de entenderte como YO, no hablando de mí, sino del TÚ tuyo, de tu interior.

Mentir es un arte ruin que se aprende con el tiempo… un niño no sabe qué es eso, es muy joven para usarlo, su inocencia le impide decir que el cielo es verde cuando es azul, claro, a menos que tenga un problema visual… el caso es, que no dice ni más ni menos de lo que ve, siente, quiere, anhela… no tiene por qué hacerlo, aún no conoce las estúpidas reglas que nos hacen “buenas personas”, simplemente dice lo que es para él así para el resto no lo sea, vive su mundo inmerso en el de nosotros, quizá por eso tan complicado entender a un niño… el ser adultos nos quita la magia de diferentes, creativos, de ser en la esencia del fuero interno, de lo que realmente somos…

Ser capaces de ver todo como un juego, solucionar una muerte súbita con un “yo te salvo amigo”, ser tan literales que no conocen el doble sentido ni malas intenciones entre letras… el necesitar que todo les sea explicado… pensar que a una edad “madura” nos parece tonto, pero más tonto es no preguntar, tragar entero y funcionar como una máquina programada sin posibilidad de protestar… claro está, la imposibilidad la hemos delimitado nosotros por adultos.

Y así podrían seguir saliendo miles de letras, con comparaciones entre ser un vacío adulto y un interesante niño sin peros ni miedos creados por ajenos… No entiendo realmente cuál es el afán febril de crecer y perder las virtudes de ser un infante… entiendo que el tiempo pasa y los años llegan, las responsabilidades apremian y los deberes llaman, pero quizá si dentro de nosotros dejáramos que un niño habitara más seguido y nos permitiera ver la vida de una manera plena, no sería tan aburrido salir a trabajar y cumplir con órdenes, porque entonces aprenderíamos que cada día es un maravilloso regalo que merece ser vivido a plenitud y que no todo es como creemos que es, todo puede ser en la medida que nuestra imaginación lo permita…


Así es, amo cuando me dicen que soy infantil, que parezco un niño chiquito… No saben el gran honor que me dan al decirme que no he llegado al nivel de persona, de adulto… que realmente jamás espero alcanzar… Pensar cómo vivo, vivir lo que pienso, si eso me hace un ser infantil, bienvenidos sean todos esos sentimientos presos que en ningún momento temo en descubrir, experimentar y por supuesto, escribir…

lunes, 17 de junio de 2013

Jamás es suficiente…

A veces es irónico pensar que no importa cuánto te guste hacer algo, eso no te hace el mejor, ni el más reconocido, no importa cuánto te esfuerces por dar lo mejor de ti si nadie logra reconocerlo… es como ser un gran cantante que entona la melodía del silencio, como un actor con su mejor papel corriendo el telón… como un bailarín convertido en la sombra que acompaña a alguien más…

¿Cuánto debe morir un artista para que su obra sea reconocida y valorada como tal? ¿Es necesario acabar con su existencia para reconocer su esencia?¿no es más sencillo si desde que vive se le da el lugar que merece?

Ser reconocido no significa ser el mejor, compararse nos amarga, pero como artistas si es importante recibir de vez en cuando un halago, después de todo te esfuerzas por un público, por ofrecerle lo mejor de ti, por hablar en otros lenguajes, de otras maneras más universales que trascienda lo verbal y lo escrito transformándolo en la tan anhelada estrella, chispa, y carisma del artista…

Cosquillas tristes… esa combinación rara de... nunca he podido explicarlo de manera lógica para el resto, pero… así lo veo: es ese vacío que cuando lo piensas te abre un agujero en el pecho y aumenta tus ganas de llorar, un hormigueo fastidioso inunda todo tu cuerpo junto al desespero y desasosiego, sientes una herida pero jamás ves la sangre emanar de ella, sólo sientes un gélido viento acariciar tu cuerpo mientras tus sueños agonizan en pedazos sobre el desierto negro de tu interior destrozado.

Estoy cansada de hacer tanto y “no hacer nada”, es contradictorio que lo des todo y nadie profiera ni un sonido de júbilo por tu acción, muchos dicen que no hay que actuar por los demás, pero si estás en un escenario de arte, aunque no quieras, actúas para los demás, quieres ser reconocido, valorado por lo que haces que finalmente te hace quién eres…

El pasar de los segundos terminará por dejarme sorda en el inclemente pasar de su existencia, los años pasan llevándose la vida en cada suspiro, el tiempo en su eternidad agota el mío mortal y me asusta, a veces me atrapa en el efímero de la nada y me agobia pensando en un mañana… me circunda disfrazado de pasado, otras veces me cuestiona por cada paso que voy dando logrando en ocasiones que piense que todo lo que hago, he hecho y quiero hacer no sirve para nada… amenaza con destrozarme el alma y junto a ella cada estrella que había convertido en sueño de un mañana…

A veces pareciera que cada cosa que hago sólo sirve para arrullar al silencio cuando me agobia de dolor y sufrimiento, para pasmar en cierta parte el miedo y espantar por momentos el agujero en medio del pecho… -suspira con anhelo- desearía que sirviera para más que eso, quisiera lograr salir de la sombra de aquel amargo telón…


Sin más preámbulo este es el prefacio de una artista que se siente detrás del telón que frustra sus sueños, sus ilusiones, que quita la luz de los reflectores de su talento y que le impide gritarle al mundo aún en el silencio todo lo que siente en códigos inciertos, que sólo siente el pecho en medio de un gran acto interpretado en el gran escenario de la vida…