lunes, 23 de noviembre de 2020

¿Qué significa estar vivo?

No importa cuánto te esfuerces en pensar que no estás solo, pues finalmente sí lo estás. Nadie va a salir en tu rescate, nadie va a dejar de hacer sus cosas para ayudarte, para acompañarte, para darte un abrazo… para decirte cuánto te quiere, para dedicarte tiempo, para estar ahí en tus crisis… todo será más importante, siempre hay responsabilidades, deberes… excusas, porque el que quiere puede. 

La palabra prioridad… sí, justo esa de la que nunca haré parte en significado, quizá los demás se han acostumbrado a que siempre estoy fuerte para ellos, dispuesta a ayudarles, a acompañarles, a no permitir que se sientan solos. Sin lugar a duda creo que es la sensación más horrible del universo, no tener alguien que esté allí, realmente, sin juzgar, buscando tu bienestar para mí parece inalcanzable, parece una quimera que jamás hará parte de mi realidad. 


Muchos dicen estar, muchas veces he escuchado o leído frases como: “sabes que estoy aquí, para ti, siempre ¿verdad?” y en realidad no le encuentro sentido, estoy segura que todos esos que han dicho eso responderían con una excusa justo en este momento de desesperación, donde necesito con tanta fuerza un abrazo, una caricia, una palabra de amor, es malo suponer pero creo que responderían que deben trabajar, estudiar, que no tienen dinero, que hay una situación densa por la que están pasando… y lo entiendo, está bien, eso no los hace malas personas, solo me convierte en una ilusa que piensa que está a la altura de las otras tantas cosas que tiene un ser humano por hacer, porque erróneamente pienso que las personas reaccionarían cómo yo lo hago… porque ten por seguro que si me dices que necesitas ayuda y me llamas a las 2 de la mañana, te responderé y haré que pienses en otra cosa que no sea tu soledad, por más rota que esté, por más cosas que tenga que hacer,  la compañía y apoyo no se le niega a nadie, y menos si es un ser al que amas… porque simplemente esos 5, 10, 60 minutos que le dediques a alguien en esa condición podría determinar en alguna medida, sus ganas de querer seguir en este mundo, o simplemente dejarse llevar por la bruma espesa de sus pensamientos… esos que te ahogan, que te hunden, esos que te quitan las ganas de respirar. 


Sé que no soy la única, de seguro hay cientos, miles de humanos frente a su computador escribiendo lo que sienten, lo que piensan, porque no hay nadie que los escuche. Hace unos años escribí algo que decía: “shhh, callar, hablar solo con el pensamiento, ¿acaso los oídos sordos están?” y con gran tristeza descubro que estoy en la misma situación de soledad, con el mismo sentimiento de impotencia de no tener con quién llorar libremente, alguien con quien pueda lanzarme de cabeza sabiendo que al final del abismo me atrapará, sin permitir que me pase ni un rasguño.


Estoy cansada, muy cansada de estar aquí, no importa cuánto haga, cuánto sueñe, cuánto me esfuerce, cuánto crezca, cuánto madure, cuánto me fortalezca, de una u otra forma se presenta frente a mí esa frívola presencia, robándome mis pensamientos, mis deseos, mis sueños… mis ganas de vivir. Ya las lágrimas no logran apaciguar el vacío existente en mi interior, ya no sé qué más hacer.


Evidentemente, logré mantenerme, durante muchos años, fuerte frente a la adversidad, pero ahora puedo decir, que de nuevo he caído, que me siento perdida en este abismo y que por más que busco no percibo ni un atisbo de luz que me ayude a salir de este encierro. Me cansé de los espejismos, me cansé de la falsedad, me cansé de imaginar que las cosas son como me gustaría que fueran, y si, me estrello con la realidad, que seguro es la que viven muchos, no soy la única, lo sé, no soy una víctima, solo soy un ser más que deambula sin destino aparente, fingiendo que vive, fingiendo que ríe, fingiendo que tiene una vida por vivir cuando sabe perfectamente que su alma muerta está… Y entonces, ¿qué significa vivir?


viernes, 20 de noviembre de 2020

Tic tac...

Seguro has estado atrapado en aquel lugar, donde todo pasa, donde nada se detiene, donde todo explota, donde todo te daña, donde todo absolutamente todo está en tu contra… 

Tic tac, retumba en mi cabeza, tic tac respiro con vergüenza, tic tac mi mente no me suelta, tic tac el pecho me aprieta, tic tac las paredes se cierran, tic tac, tic tac, tic tac, un hormigueo se apodera de mis piernas, no puedo dejar de moverlas con fuerza, de lado a lado, como si esa fuera mi mayor destreza.


Las ideas se agolpan una a una, no logro diferenciar entre un recuerdo o un espejismo de aquel encierro, todo en mi mente transcurre como cierto, tic tac quisiera salir corriendo, tic tac gritar, tic tac desaparecer, no sé exactamente de qué lugar, ¿acaso de la vida? ¿acaso del lugar que habito? El real, el espejismo... No logro entender nada, las lágrimas comienzan a deslizarse con furor sobre mis mejillas, aún sabiendo que estoy sola en el espacio me cubro la boca para que nadie escuche mi llanto… 


¿Alguna vez has sentido que una explosión se apodera de tu cuerpo? Esa sensación de querer salir disparado, de golpear las paredes, de destruir todo a tu alrededor, esas ganas inexplicables de proferirse dolor como si eso solucionara algo… pero, ya has crecido y “entiendes” que eso no está bien, que por muchas veces que lo hagas realmente no soluciona nada y si empeora todo.. Aún así, no dejas de sentir ese deseo extremo de querer desaparecer así sea por un momento. 


He llegado a preguntarme si hoy me fuera de este mundo, ¿a quién le haría falta realmente? Y entiendo que la vida de todos podría seguir por más cariño o aprecio que me tengan, y eso no está mal, lo hacen todos, hasta yo lo he hecho aún cuando he perdido seres que han significado todo para mí... aunque eso abre otro debate en mi cabeza y es: si no hay nada que me ate realmente a este plano, entonces ¿por qué sigo aquí? 


Y allí, en ese torbellino de ideas me encuentro, tratando de entender la causa que detona esta sensación en el pecho, que me aprieta, que me ahoga, que me asfixia, tic tac, el tiempo sigue corriendo y siento que sin querer lo pierdo… Ya quiero salir de este encierro, disfrutar de lo que tengo, sin martirizarme por lo que ya fue hecho y por lo que podría ser. Quiero vivir el momento, quiero impedir que el pantano de mis pensamientos opaque la felicidad que ahora tengo, porque por más extraño que parezca, estar contento no es solo es un efímero sueño, puede ser un hecho verdadero…