Hoy
mi sonrisa se viste de negro tristeza, hoy se esconde en medio de las
tinieblas, hoy solo vemos sus perlas perfectas cuando en el silencio mi alma
grita de dolor y el llanto sale inclemente sin reparar en muecas o caras feas.
Mi
sonrisa había encontrado alegría, alegría que había inundado mis mejillas de
rosado de vida y mis ojos de un brillo que iluminaba a kilómetros sin importar
que estuviera a la deriva… Mi sonrisa había cautivado mi existencia y enamorado
mi corazón, había reconstruido mi alma, mis sueños y mis anhelos, se había
convertido en mi saludo al sol y en mi despedida a la hermosa luna… era la
virtud que me acompañaba sin importar cuántas cosas malas quisieran borrarla de
mi cara…
Haría
cualquier cosa por tu sonrisa, tan hermosa, tan fina, tan llena de vida… verte
sonreír fue uno de los mejores regalos que tuve mientras compartí a tu lado
maravillosas aventuras, verte sonreír era mi meta diaria y amaba hacer tantas
cosas como me eran posibles, entre más pudiera verte feliz más crecía mi sonrisa
y mi alegría de vivir, segura a tu lado… Hermoso cuando al leer mis letras que
en tu nombre se inspiraban tus labios se curvaban inconteniblemente mostrando
agrado hacía aquellas palabras que guardaban entre líneas aquel sentimiento
puro y cristalino que por ti nació, creció y se perpetuó, sin importar que ya
no sea recíproco.
Incomparable
perderme en la inmensidad de tus ojos que me observaban con tanto sentimiento,
mientras tu tersa boca se sonreía, quizá con picardía, ternura, amor… no lo sé,
era difícil saberlo sabiendo que por mi sentías tantas emociones al mismo
tiempo… Verte sonreír mientras dormías acomodada en mi pecho, pasaba horas
cuidándote el sueño, no sé qué pasaba por tu mente, pero más te acomodabas y
sonreías… eso simplemente no tiene precio…
Qué
fácil es perder una sonrisa… y cuán complicado es devolverle el brillo que
tenía… mi sonrisa yace perdida en la bruma espesa de la soledad compartida,
revolcándose empedernida con los sueños que se rompieron acto seguido de
escuchar mi corazón desquebrajarse y a mi alma desmoronarse en tantos pedazos
como anhelos que en tu nombre y junto a ti quería compartir… -suspiro- toda una
vida.
Tantas
sonrisas compartidas en amaneceres junto a ti, tantas sonrisas regaladas cuando
los problemas se agolpaban en las cabezas, tantas sonrisas pícaras recordando
aquellos momentos que tan sólo tú y yo tenemos –no es lo que parece-, tantas
sonrisas tiernas a causa de detalles como “momosito” “Tigue-Sito”, tantas
sonrisas encontradas en la felicidad del ser que más amas… tantas sonrisas que
se resumen a una que tuve enmarcada en mi rostro durante todo el tiempo que con
tu presencia iluminaste mi existencia… Aquel ángel que decidió volar junto a mí
con alas de eternidad, entre nubes para siempre y con el sentimiento más
hermoso que he podido experimentar…
Hoy
mi sonrisa se volvió de cristal y al más mínimo impacto se desvaneció,
dejándome una vez más en la oscuridad de la soledad…