-Tengo
la mirada inundada de gotas de rocío del manantial de felicidad… ¿Un Nexo?
-Sí un
Nexo… un lugar feliz, apacible, donde no importa lo que sueñes… todo se hará
realidad -le sonríe amplio y le extiende la mano- si quieres puedo invitarte al
mío, puedo compartirte mi mundo y si quieres hacer parte de él, eres totalmente
bienvenida
-La
pequeña princesa sorprendida calla mientras en sus ojos irradia felicidad y
curiosidad-.
Si
supieras, en un templo no muy lejano tengo tu imagen en todo el centro... quizá
no lo sepas, pero ya haces parte de él... inspiras gran parte de su creación y
motivación…
Invencibles… invencibles nos
volvemos cuando encontramos algo por lo cual vale la pena luchar, estúpidos
cuando vemos que tan sólo se llama soñar, milagro cuando vemos que en la vida
si existen sueños tangibles y decepcionados cuando descubrimos que no son para
nosotros…
Escuchar mis pensamientos
optimistas es leer el libro de mis
sueños, el que redacté en el viento como plegarías al cielo, mientras la luna
dibujaba el sendero… lástima que siempre se quedan en eso… en plegarías, en
deseos, en anhelos vacíos que después de todo jamás podrán ser más que la
esperanza maldita de un ser que siempre espera encontrar ese ser que ocupe la
silla vacía…
Fue lindo mientras el sueño se
materializó, hubiera deseado de todo corazón que se eternizara, pero no puedo
obligar a alguien a que pertenezca a un mundo en el que no se siente a gusto…
si bien, sólo te invité a mi Nexo, mi lugar feliz, el lugar que he tratado de
construir durante todos estos años para no perder la compostura y con ella el
aliento…
Sé que no es perfecto, al igual
que mi alma está algo rotico, descompuesto… aunque han pasado los años en el
castillo aún hay grietas que no he podido arreglar y sé que nadie se quiere
quedar en él… hace mucho frío, el silencio asusta y la oscuridad amenaza con
acabar con el pequeño mundo… pero aún así quiero seguir construyéndolo poco a
poco, quizá algún día sea tan radiante y bello que alguien quiera quedarse ahí
conmigo para siempre…
Hoy comprendí que sí... conocí
un ángel... sólo que no era el destinado para mi... ahora en su ausencia queda
un lindo recuerdo que quizá me haga llorar, de seguro sonreír y pensar que en
algún lugar del mundo se encuentra el ángel para mi... Gracias por todo...