Suspirar anhelando un momento, abrazar la ausencia de tu
recuerdo, besar el frío inclemente de la soledad intentando tus labios
encontrar…
El viento sopla pasajero y se lleva consigo los restos de
un corazón que yace muerto sobre el suelo dejando las cenizas del recuerdo, los
sonidos del silencio y el rocío de dolor a cargo de mis sentimientos, emociones
y pensamientos… Con el pasar del tiempo había olvidado el significado de estar
en la penumbra del vacío y desconsuelo, había olvidado cómo era hablar tan solo
con los pensamientos y sentir al menos el calor de mis brazos rodeando mis
piernas mientras vulnerable me siento en el suelo, llorando… sintiendo cómo
todo lo que creía propio lo pierdo…
Una punzada atraviesa mi pecho cada vez que mi mente dibuja
en el negro tu silueta, un nudo me sujeta la garganta cada vez que entre
susurros escucho tu dulce voz, aquella voz apacible, serena y tierna que a mi
noches en vela le dieron razón… melodías perfectas capaces de hacerme sonreír
sin importar que estuviera inmersa en terribles problemas, siempre fuiste mi
luz, mi esperanza… mi calma.
Innumerables veces predije que llegaríamos a este punto, algo
que siempre negaste rotundamente y en lo
que me confíe escuchando sinceridad en tus palabras… confianza que ahora se
destruye y junto a su quebranto todo lo que había logrado… aquel castillo sólido
que había forjado cambió su contextura y forma de roca por naipes de cartón…
Mi alma cae rota en mil pedazos, pedazos que desgarran a
mi corazón, un corazón que motivaba mi mente… mente que generaba pensamientos,
pensamientos que ahora serán una vez más vacíos e inconsistentes.
Amiga soledad, hace mucho que no te nombraba, creo que
después de todo tenías razón, eres la que al final siempre está conmigo,
incluso cuando estoy sin tu presencia, tu ausencia hace que necesite estar una
vez más en ti… y ahora que por designios del destino estoy junto a ti, te pido
por favor tengas piedad de mí… he sido buena, jamás me he alejado de tu lado…
sé que es difícil que seas para mí lo que he sido para ti, pero quizá en tu
compañía la existencia de tu esencia no me remuerda tanto la conciencia y pueda
intentar renacer una vez más.
Puedo ponerme tantas máscaras como sea posible, puedo
fingir, puedo crear e imaginar otro yo que pueda mostrarse al mundo sin develar
ni por un segundo el cataclismo emocional que llevo en mi interior… ese vacío
parece ser inherente a la existencia de mi ser, de mi esencia, de mi materia…
ese vacío que me queda luego de creer en un final feliz al lado de alguien que
llegó a representar un todo en mi existencia… ocupando tantos roles como lo
crean… pero que de la nada desaparecen, se esfuman, quizá el destino cree que
están mejor sin mí y quizá tenga la razón, podrá sonar fatalista,
autocompasivo, pero no soy el ángel que todos creen y depronto con el tiempo en
vez de hacer feliz a las personas, hago que se sientan infelices y frustradas…
yo tan sólo quiero que todos aquellos seres sean feliz así no sea junto a mí y
duela hasta lo más profundo de mi alma el que tenga que ser así y no cómo yo lo
anhelaba.
Nadie dijo que fuera fácil… muchos dicen que tan solo he
de olvidar, pero todos sabemos que el dejar todo atrás no es tan fácil y menos
cuando aquello que quieres ignorar ha marcado rotundamente tu vida, dejando
huella en tu mente, corazón, materia… en tu habitación. No importa para dónde
mire siempre encuentro tu existencia enmarcada, pues para mí lo fuiste todo… lo
sigues siendo todo por más tonto que parezca el hecho de conservarte aunque sea
en imagen, en memorias, en un hermoso y grato episodio de mi vida que jamás
podré borrar porque fue lo que más valor y verdad tuvo, lo que más fuerza y
valor logró darme, el motivo que me sacó de la oscuridad en la que solía vivir…
Me niego a considerar el final, me aterra el pensar en ti
y saber que ya no eres para mí, me abruma saber que ya no significo lo mismo
para ti, me inquieta saber el motivo tan repentino del cambio, me confunde tu
actitud… no sé qué es lo que deseas en realidad, lo que en serio ansías para ti
dejando de lado lo que yo pueda querer, esperar, anhelar… desear con todo el
corazón; yo sólo deseo que seas feliz así deba destruirme en busca de ello,
siempre diré que vale absolutamente la pena.
Sufrir en silencio, llorar en soledad, abrazar al viento,
pensar en el recuerdo, besar el frío de la distancia, anhelar tu llegada,
ansiar tu voz, desear tus caricias, extrañar tu presencia, creer que sigues
cerca, luchar hasta que muera… al menos sabré que viví con un motivo suficiente
capaz de valer mi propia existencia.
¿Cómo devolver el tiempo? ¿Qué puedo hacer para tenerte
cerca? ¿Qué debo hacer para que vuelvas? ¿En qué fallé? ¿Acaso tanto mal te
causé?