martes, 9 de agosto de 2011

Una flor sentimental…


Patético pensar que un día dejar de ser una hermosa flor para convertirte en algo menos que los restos de ello. Un sentimiento, algo que hasta el momento se muestra tan efímero, un intangible que desde la luz te hace bien pero inmerso en la oscuridad es capaz de aprisionarte para jamás dejarte ver la luz sobre tu piel una vez más.

Se aprecia, quiere, adora, ama, idolatra; cada una acompañada de mucho, demasiado… pero, ¿de qué sirve sentir tanto y luego dejarlo todo?, no es tan sencillo como decir “ya pasará”, “el tiempo se encargará de ello”.

El tiempo… condenado y bendito tiempo, ambigüedad hecha esencia, el tiempo puede hacernos olvidar momentos funestos, a veces consigo se lleva millones de recuerdos primordiales para saber quiénes somos… querer recuperar la identidad, lo que se es sin parecer ser, va más allá de una tierna intención.

Poéticos duelos se plasman en el papel, con la tinta de lágrima y lápiz de recuerdo… hace un tiempo éramos seres que compartían gustos y risas… más tarde nuestra amistad era envidiable y ahora todo lo que queda es el anhelo de regresar a aquel bello momento.

¿Qué pasó? Todo vino y se fue como viento en otoño. Parte de mi corazón una vez más está en invierno, aquella bella pradera en la que corrían nuestras ideas está marchita, bajo varios centímetros de nieve un palpitar guarda la expectativa de dar frutos algún día de nuevo.

Una flor que lo era todo y ahora no es nada, aquel jarrón que alguna vez la guardó, la soportó… la hizo lucir ante muchos ojos ahora está vacío, con mucho para dar sin nadie que la tome.

Aquella flor nacida de lo que parecía un sentimiento verdadero, ha comenzado a marchitarse y de ahora en adelante solo vivirá en el recuerdo, un ser que hizo hacer más y no lo logró… un ser que murió así mismo por lucir bien y ser algo hermoso para quién la tomara del jardín y no terminó siendo más que una decoración que con el tiempo se vería fatal, por lo tanto tendría que desechar.

1 comentario:

  1. Sabes creo que todo a pesar de que termina o muere,y duele, vuelve a renacer.
    No viste un bosque prendido fuego, no queda nada a simple vista , pero de pronto la misma naturaleza se revela al daño y vuelve a empezar.El que ama una vez es capaz de hacerlo otra vez y otra vez y otra vez aunque siempre duela.

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