jueves, 23 de septiembre de 2010

Una luz…

En lo etéreo de la profundidad se dibuja una línea de luz incandescente sobre lo material, en lo intangible del cielo se pinta el lienzo de mis sueños con azules de rey y blancos de algodón creando paisajes de arcos multicolores que surcan el océano reflejado en el firmamento. Una brisa cálida recorre mi piel entrelazándose con mi cuerpo, acariciando cada centímetro de mi piel, desordenándome el cabello… jugando entre su vaivén eterno, me beso con el deseo intenso de céfiro que me lleva a un destino inmerso en realidades nacidas en sueños, donde las fantasías son abstracciones de lo cierto y confusión de lo incierto.

Con el correr del reloj el sol se eleva radiante de este a oeste hasta terminar detrás de la montaña, creando espléndidos naranjas que contrastan con las siluetas a contra luz de la fauna y flora del lugar.

La negra noche ha llegado, y con ella una perfecta circunferencia blanca que se ha posado en toda la esquina del oscuro cielo, harina resplandeciente ha sido esparcida a lo largo y ancho del lienzo, salpicando todo de puntitos titilantes… Una luz tenue pero radiante pronto inunda todo de intangible color plata, las luciérnagas de luz fluorescente resaltan sobre el claro oscuro… con su llegada el silencio se hace audible… con el hálito como armonía, mis pensamientos vagan incesantes oscilando entre lo conocido y lo que hay por descubrir, en un mundo quimérico que sólo habita en mi sique, un cosmos creado por fantasías y sueños que pensé: jamás ser harían realidad…

Entonces la magnificencia etérea del albor de luna se convirtió en mi consuelo, bajo el amparo de su luz plateada podía quitarme las máscaras y ser realmente mi interior, con el arrullo de su canto silencioso puedo escuchar mis pensamientos y plasmar ideas en el firmamento, puedo volar sin alas, puedo cantar sin voz, puedo hablar sin palabras… puedo crear con sólo pensar, puedo tener con sólo desear, puedo ser quién soy sin sentir presión por lo que soy… 

La luz de plata, la prosa de mi aliento… el sentido de mis sueños, el anhelo de mi deseo, el capricho de mi fuero interno, la sonrisa cautiva, la felicidad exquisita…

lunes, 13 de septiembre de 2010

El misterio de la luna…

Era una noche oscura y tenebrosa. Los arbustos amenazaban con la armonía del viento, cantándole al silencio. Mechones caprichosos se ondeaban fuertes sobre mi rostro, mientras el resto de mi cabello revoloteaba a mis espaldas, el sigilo de céfiro se escuchaba tenue sobre la pradera y la luz de plata marcaba un sendero precioso entre la tierra y el firmamento, que me llamaba con su resplandor embrujante a seguirlo hasta la luna alcanzar.
 
Estaba de pie junto a un gran árbol de tronco grande y fuerte, lleno de frutos deliciosos que por su altura no podía alcanzar. Me senté sobre el gélido pasto, y contra el árbol reposé hasta el amanecer. El sol resplandeciente se asomaba lentamente sobre la línea del horizonte, su luz pronto iluminó el paisaje, su calor pronto logró abrazarme, al compas de la alborada las aves compartían melodías que a mi alma daban alegría, el rocío sobre los pétalos de rosa centellaban con cada rayo del día y las mariposas revoloteaban por ahí sin explicación ni guías, simplemente eran artistas sobre lo intangible de la cálida brisa.

Aunque la luz circundaba todo de alegría, mis pensamientos eran lúgubres y siniestros, aunque todo estaba cubierto por colores esplendidos, mis ojos veían todo a blanco y negro, aunque la naturaleza cantaba feliz y contenta, mi interior susurraba el sollozo de la tristeza…

Poco a poco el crepúsculo fue cayendo hasta llegar a la bruma negra de la noche, una bola de harina se posó en la mitad salpicando todo con puntitos blancos. Una vez más era de noche y yo estaba bajo el mismo árbol, tentada por la misma luz, arrullada por la misma canción y adormecida sobre el mismo gélido pasto.

Conforme los días iban pasando la luz de plata disminuía y mis noches eran más tétricas, más vacías… cada vez el camino era más pequeño… hasta que un día se desvaneció por completo y entonces sólo los puntitos sobre el negro lienzo centellaban impetuosos tratando de enlazar una vez más el suelo al firmamento.

Las noches sin luna fueron eternas, me sumí en un sueño que parecía perpetuo, no tenia afán alguno de salir de ahí, ¿de qué servía estar despierto sin poder ver a mi benevolente astro? Era preferible soñar e imaginar que estaba ahí, esperándome para en sus brazos dormir y de su luz jamás huir…era hermoso pensar que realmente algún día podría llegar hasta allá, parecía tan sencillo, la misma luna me mostraba el camino… pero, ¿cómo caminar sobre el capricho de lo inmaterial, intangible en la realidad?

Entonces desperté y vi que había algo diferente… las copas de los árboles estaban bajo mis pies que pendían libremente, mis brazos y piernas estaban iluminados por una hermosa luz plateada… mis pensamientos ya no eran oscuros, mis ojos al fin distinguieron más que el blanco y el negro… las melodías del viento eran susurros de aliento que llenaban mi pecho de sentimientos y emociones que se habían muerto ya hace mucho tiempo. Estaba acunada entre la media luna, abrazada por su luz, arrullada por su silencio tan apacible y lleno de amor… y entonces comprendí el misterio de la luna, circundante y magnificente… sólo quería que la anhelara tanto que se volviera mi sueño para estar segura de hacerme parte de sus fases, de su ensueño… era la única manera de caminar flotando sobre el sendero marcado por la luz de plata que se dibuja entre el cielo y el suelo…

domingo, 12 de septiembre de 2010

Despreciable…

Sentada en el borde de mi cama me pregunto una y otra vez que he hecho mal para merecer tanto odio… aferrando mi cabeza con gran fuerza me cuestiono si soy tan despreciable para sembrar en los demás tanta envidia y resentimiento.

“No pueden ver a un bobo acomodado”, no pueden ver que alguien esté haciendo sus sueños realidad, que progrese, no soportan la idea de no tener lo mismo de otras personas. Siempre se escudan detrás de banalidades que terminan por herir a alguien. “El ladrón juzga por su condición”, es mucho más fácil hablar de lo que se conoce y más sin son de las propias experiencias… tildar a alguien con un adjetivo agresivo es muy fácil cuando se es así, acusar a los demás siempre ha sido la mejor manera de liberar culpas sin admitir que son parte del complot.

Jesús lloró por la ingratitud… quién no lo haría, lo menos que uno espera después de hacer algo bueno por otra persona es un “gracias”… ¿Y qué espera una madre después de darlo absolutamente todo por sus hijos?... que se alegren por su felicidad en vez de encasillarla con palabras toscas y dolorosas… y respuestas ofensivas, que por respeto jamás debe hacérsele a una persona tan magistral como lo es una mamá.

“Nadie sabe lo que tiene hasta que no lo pierde”. Lamentablemente la mayoría de los humanos son seres inconscientes por estupidez, que no aprenden hasta que ya no hay vuelta atrás, les gusta aprender a las patadas… las lágrimas son un consuelo, más no la llave de la solución, ni tampoco son máquinas del tiempo, no importa cuántas derrames, no se devolverá ni una milésima de segundo… ¿por qué es necesario esperar hasta la tragedia más dramática para darse cuenta de los errores y querer enmendarlos?... para entonces ya no hay disculpas que valgan, el peso de la consciencia puede llegar a ser tan elevado que puede terminar con toda nuestra cordura y lucidez… es el comienzo de nuestro propio fin… ¿quién lo marcó? Cada quién con sus actitudes, aunque se culpen a terceros en tu interior está la evidencia necesaria para saber que tu eres el único culpable.

La verdad es que tal vez si sea despreciable y miserable, pero de seguro no les llego ni a los talones… traicionarme a mi puede ser comprensible, traicionar a la propia madre… no tiene comparación, excusa ni razón, es inexplicable como dejan que lo material se superponga al amor que dicen profesarle a aquel ser que ha entregado todo en busca de la felicidad de sus hijos… no todos, pero tal vez si lo más queridos, no han sabido valorar y ya cuando sea demasiado tarde ... no habrá marcha atrás…

martes, 7 de septiembre de 2010

Una ventana más allá de lo predecible…

Raros, extraños, locos… así son los sueños, y de ello depende su magia. En la dualidad entre lo que es y lo que no, en lo inverosímil de sus proposiciones, en lo magnificente de su imaginación. Un sueño es la reencarnación de un deseo que jamás pudo ser real ó de una realidad aparente que ocupa gran parte de tu mente en cualquier momento, hora y lugar.

Viajar por un río multicolor, con peces de blanco algodón, sobre una hoja tangible en lo irreal, con timón de céfiro y luz como veleta. Como súper héroe volar y millones de personas rescatar, en una lámpara habitar y todos tus deseos volver realidad, que las olas del mar sean suaves caricias sobre tu piel y la luz de la luna, la cobija que proteja los pensamientos que nacen en la inconsciencia de tu ser.

Ser el personaje perfecto, sin defectos… lograr todo lo propuesto en pequeños pensamientos, mientras miramos al cielo imaginando como sería tocarlo, creyendo que el sólido firmamento se dejará atrapar algún día por las manos ansiosas que braman por tener un poco de su grandeza. 

Realidades creadas… ¿por quién?, mentes abiertas o mentirosos en potencia?... mentir es crear realidades paralelas a la existente que explican de manera diferente un suceso que no nos conviene… las mentes abiertas no temen pensar en las cosas que quisieran plasmar en sus realidades aparentes…aparentes pues tanto crean que no sabemos cuál de todas las que anhelan es la verdadera. Un sueño puede ser realidad, y la realidad puede ser un sueño… la mente lo es todo, sin ella no hay nada, ni siquiera la nada… Soñar con los ojos abiertos y vivir entre sueños, es transformar un sueño en realidad y a la realidad hacerla parte de los sueños…

Ver por la ventana y encontrar tu reflejo, más allá de lo que encierra el marco: el prado y el firmamento, es descubrir que la grandeza de tu ser es más importante que lo material de la realidad… sólo cuando te preocupas por el yo, aprenderás a valorar el tu y combinarlo en nosotros… la “gravedad” de la existencia es el reconocimiento del propio ser… sólo cuando reconozcamos lo que somos, podremos mostrarle al mundo nuestra grandeza…

“El mundo es de los locos”… los sueños son locos… en ese orden de ideas, el mundo es de los sueños. 

La ausencia física es la presencia mental de lo que queremos, deseemos, anhelemos… el límite de nuestros sueños, son las barreras que pone la realidad donde la fantasía siempre tendrá lugar… nuestras mentes son lienzos inmensos, donde podemos pintar y dar vida a todo lo que allí queramos poner a “vivir”…
¿Por qué limitarse a la realidad, si podemos crear mundos espléndidos tan solo pensando en ellos?

jueves, 2 de septiembre de 2010

Equilibrio…

Mirar al cielo y no encontrar el reflejo de luz naciente del amanecer es ver al río y no encontrar la otra cara de luna, dibujada en las ondas formadas por el viento circundante. La perfección es sólo una palabra ilusa que nos impulsa a ser mejores, pero esconde el secreto de ser inverosímil e inalcanzable… por qué? simplemente porque nada en la realidad es absoluto, y la perfección hace mención a la inestabilidad de la balanza de la vida, nunca se podrá ser lo suficientemente feliz para ignorar por completo la tristeza, siempre estarán en una misma medida, depende de cada quién darle la importancia a cada una y mostrar la relevancia que prefiera según su conveniencia.

Felicidad… una palabra que todo el mundo anhela en su máxima expresión, pero aún teniéndolo todo pueden ser tan infelices, y el ser humano, ambicioso por naturaleza, siempre la busca en obtener más y más cosas sin darse cuenta que de esa manera la está perdiendo, sencillamente por ignorancia de su significado.

Alguna vez has imaginado con devolver el tiempo y cambiar eso que tanto daño te hace? Los recuerdos son como fantasmas que vienen y van, no importa cuántos “exorcismos” se hagan siempre terminan por regresar, más cuándo el “cadáver” aún está vigente en la realidad que te ha tocado vivir.

Otras veces eres un culpable inocente de un crimen inexistente, en el que eres “sentimicida” sin darte cuenta, lo frustrante es no saber qué has hecho para causarle tanto dolor a un ser, parece imposible ser querido y odiado al mismo tiempo por un mismo ser. No es ego, simplemente es la verdad, ser “Sol” para la vida de los demás a veces no es tan bueno, ser querido y “deseado” por todos causa inestabilidad cuando no puedes estar en todo lugar, compartiendo con todos. 

Crear vacios en las vidas ajenas fue algo que jamás pasó por mi mente, por el contrario trato día a día lograr alegrarles las vida de alguna manera, aunque sea minúsculamente, pero creo que perdí el don, y lo que estoy haciendo es horadando grandes agujeros en los pechos de los seres que más quiero. Excusas… no sirven, sólo lastiman más, “poder es querer”, y se supone que si realmente los quiero debo esforzarme más por compartir tiempo de calidad con todos y cada uno de ellos, seres tan magníficos, que lograron darle un vuelco por completo a mí trasegar incierto.

Equilibrio… mantener ambos lados de la balanza con el mismo peso, dibujando una línea paralela con el horizonte, adyacente con mi mirada hacia el firmamento. Mantenerla es todo un sacrilegio, parece imposible estar en medio, y mantener los brazos quietos con tanto peso, sin bajar ninguno para descansar al menos por un pequeño momento… el personalismo se vuelve arma de fuego, rompiendo corazones y sentimientos con cada descanso que se tome. Volver a levantar los brazos, alinearlos con el surco divisor entre cielo y el magnificente océano.

Valorar... creo que se ha transfigurado un poco el significado de aquella bella palabra que le daba un sentido verdadero a las cosas que se hacen en pro de los demás, es triste encontrarse de frente a la realidad, una realidad mediática que solo se rige por estereotipos, moldes de seres vacios, con una vida manipulada por lo correcto ante la estúpida sociedad.

Joder!, me siento tan impotente, tan inútil, tan estúpida… creo que por esta vez, dejaré que en mi fuero interno corra el misterio de la ira, desencajarme, solo para volver a equilibrarme, luego de liberar todo aquello que a mi corazón atañe… las cadenas de la cordura han terminado por romperse, para dejar libre al ser que brama por salir cada vez que una sandez se habla de mi…