jueves, 6 de julio de 2017

Boom!

Sí, tengo pensamientos tristes, tengo el alma aún resonando por aquel estallido… tanto aguantar, tanto callar, tanto permitir llevan al caos interior que resulta saliendo indudablemente de la peor manera.

Sí, no soy el ser más dulce, ni el más especial, mucho menos el más comprensivo ni prudente, cuando algo me molesta y siento que se anuda en mi garganta, no puedo callarlo, ni siquiera hablarlo, tengo que gritarlo, me tiembla el cuerpo de la ira que recorre mis huesos, mis músculos se tensan y quisieran destruir todo a su alrededor, quisiera salir corriendo, quisiera morir un tiempo, quisiera regresar el tiempo para impedir que esta situación llegara hasta tal extremo.

Lo que parecía una discrepancia más, se convirtió en un laberinto sin salida, que poco a poco iba cerrando sus paredes hasta dejarnos frente a frente, con todas las cargas, con todos los miedos, con todas las desilusiones, expectativas, con todo lo que somos, al descubierto, cada uno con las herramientas para destruir al otro, ganaría quién actuara primero, y hoy quién siempre es el implacable cayó ante la sorpresa de una reacción que quizá nunca se esperó.

Sí… la presión me ganó, sí mis impulsos me llevaron al descontrol, pero es que ya no aguantaba más, ya no quiero seguir siendo dominada, controlada, ya no quiero sentir que no tengo libertad, no quiero sentir que actúo por complacencias ajenas, para gratar a los demás, en especial a él. Ya no quiero que siga pensando que soy su reflejo, que tengo que ser igual a él por tener la misma sangre y compartir rasgos.

Quiero dejar de ser lo que se supone que debo ser, de llenar expectativas, de hacer lo que los demás quieren, eso me está llevando a mi propia destrucción, basta con dejar los sueños propios para perder la vida…  

Ahí está de nuevo, ese vacilante agujero en el pecho, la respiración se entrecorta entre lágrimas que en silencio resbalan por mis mejillas…

La verdad es que no quería que pareciera grosera o desagradecida, pero, si me conoce, ¿por qué llevarme al límite? ¿qué clase de amor me tiene que tanto daño me hace?

Su amor me duele, me corroe, me limita, me presiona, su sobreprotección me ha quitado hasta el momento, la posibilidad de vivir mi vida a mi manera, con mis decisiones, me ha obligado a vivir con miedo, escondida, aparentando algo que no soy, tratando de ser lo que quiere que sea… y sí, después de tantos años y que de repente yo cambie es raro, y se desestabiliza y comienza a culpar a mi ser favorito, y es entonces cuando la sangre hierve, la prudencia rapta al respeto, y sin escrúpulo, frente a frente, le grito lo mucho que detesto estar en su compañía, lo mucho que me fastidia, la gran presión que ejerce sobre mí… y sí, mi papá, en su afán de agradarme y obligarme a acercarme a él, lo que ha hecho es alejarme, porque sin darse cuenta, me ha manifestado todo el desprecio que siente “hacía mí”, aunque no sepa realmente quién soy… sí, suena raro pero es verdad, es como si dijera odio los pájaros, y tú eres uno disfrazado de tigre…

No soy la mejor hija, no soy un ejemplo, quizá hoy actúe como alguien irrespetuoso, imprudente, desagradecido, pero es que si no explotaba mi alma se iba a romper, y ya no quiero tener que recoger los pedazos de mi alma por estar construyendo una coraza vacía de mi existencia.


Sé que tengo muchos defectos, que incluso llego a ser impulsiva, pero si yo no hago valer mi ser nadie lo hará por mí, porque nadie mejor que yo sabe lo que significa ser yo.