jueves, 16 de junio de 2011

Dolor…


¿Dolor?... muchas veces dije sentirlo, cuando el vacío inminente se apoderaba de mi pecho, esa herida sangrante de lágrimas que profesa día a día que la felicidad no está escrita, que por más que quieras alcanzarla jamás la tendrás contigo, porque ella al igual que el tiempo se escapan fugazmente con cada correr del minutero. 

Dolor, dolor, dolor… hay dolores que se van, hay medicinas que apaciguan… pero existe uno que ni siquiera Cronos ha logrado darle cura, cuando un corazón se rompe, cuando sus sueños se desvanecen… cuando sigue latiendo aun sabiendo que no tiene por qué hacerlo; ese dolor calcinante que recorre las venas, aprieta el pecho y anuda la garganta. 

Sí, ese dolor que no explicas, que no superas. Ese que en silencio lamentas y con sollozos pretendes alejar, sí, ese mismo que ataca a la media noche, ese que se escabulle entre pensamientos… ese que por desgracia conoce todos tus miedos, tus flagelos, tus debilidades, capaz de terminar contigo tan rápido que ni siquiera queda tiempo para pensar en qué momento sucedió todo.

Un dolor que al pensarlo te atormenta, al sentirlo te desorienta, al explicarlo te gobierna; uno que no cesa, que ignoras y logra prevalecer, que crees haber olvidado pero siempre aparece, sigiloso, inclemente, así se siente la presencia de Soledad.

“El dolor está en la mente”… Solo una mente sagaz piensa habitar de donde difícilmente lo lograrán sacar… 

Dolor se llama silencio, ausencia… el nombre de mi dolor es tu amargura, tus lágrimas, tu dolor.

La afonía es el sonido perfecto para el rodar de aquellas lágrimas que se desprenden de tus ojos, que fijos miran a través de la ventana, imaginado cómo sería sí todo fuera diferente. 

Escapar de la realidad, crear mundos invisibles donde ser feliz es la ley, y los malos ratos  solo cuentos de miedo para hacer dormir a los pequeños a la hora adecuada. 

Mundos invisibles, intangibles, irreales… una completa farsa, farsa que causa más dolor que el dolor en su razón misma como parte de la realidad…

lunes, 13 de junio de 2011

Totalmente culpable…


Culpable… totalmente culpable de embriagarme en la melodía perfecta que tus labios profieren en bellas palabras que encantan mi alma, exaltan mi espíritu y engrandecen mi palpitar. 

Culpable, te declaro culpable por bellos amaneceres siento tu, la primera creación que admiro al abrir los ojos; por las noches en vela diciendo tantas palabras como estrellas, sublimando cada parte de mi ser, de mi mente. 

Totalmente culpable de mis letras, de pensamientos, de bellas experiencias; culpable de mis sueños, anhelos y deseos; de la musa, de la dicha, de mariposas y pícaras sonrisas. 

Culpable te declaro por motivar cada día de mi vida, ser el sueño perfecto, el único anhelo, la persona que más quiero, amo, necesito, espero, ansío…

Amo extrañarte y saber que sin ti ya no sabría vivir; amo verte y saber que estás ahí; amo sentirte y saber que eres más que un oasis en medio del desierto; amo escucharte y saber que no estoy sola; amo besarte y saber que contigo somos una sola persona; amo olerte y saber que junto a ti vivo en el paraíso; Amo amarte y saber que es correspondido.

Sé cuánto me amas y por eso sé que soy el ser más afortunado en todo el universo. Sé que tu existencia vale más que cualquier cosa real o imaginaria, simplemente lo que eres, lo que sientes, piensas… no tiene precio; su valor es incalculable, así que prefiero dejarlo como el mayor tesoro que siempre busqué y ahora por fortuna hasta mi puerta llegó: Un ángel humanado que ha cambiado el rumbo de mi historia, escribiendo con las plumas de sus alas y como tinta su propia sangre, cuentos maravillosos que alguna vez tan solo en mi mente tuvieron realismo, iluminando con su carisma cada rincón oscuro de mi vida, reconstruyendo con sus manos cada pedazo que de mi frágil corazón alguna vez se desprendió a causa del dolor… tomando mi mano me enseñó que el camino se hace mucho más fácil si estás acompañado del ser indicado.

Una presencia viva capaz de estar junto a mí aun cuando su materia se encuentre a kilómetros de distancia, una voz que me habla en silencio, unas manos que me acarician con el viento, un guardián que me cuida los sueños… un ser culpable de todo lo que siento…

Te declaro culpable de mi sonrisa invaluable, serenos pensamientos y metas que antes parecían inalcanzables…

 Totalmente culpable por hacer de mi un significante ser…

miércoles, 1 de junio de 2011

Tan solo una palabra…



Hay tantas palabras que logran encerrar un mundo de significación y sentimiento en sí, que se hacen grandes y magnificentes al pronunciarlas, revisten al ser que las pronuncia y describen en cierta medida a quién las escuche.

Tan solo una palabra… tan solo una palabra basta para reír, llorar, sentir, recordar, añorar… tan solo una palabra define, te define, jerarquiza, honra, privilegia, destruye, hunde…
Tan solo una palabra no basta para decirte lo mucho que siento por ti, lo feliz que me haces, lo importante que eres para mí…

Tan solo una palabra no basta, ni una ni demasiadas… eres mi luz, mi guía, mi compañía... sin ti ya no hay mañana, con tibia brisa y espléndida sonrisa;  contigo todo es posible, eres sol en mi invierno, sombra en el verano, viento que refresca, aliento que me llena, eres la luz de plata, la prosa de mi aliento... todo lo que necesito y mucho más de lo que merezco, no entiendo los designios del destino pero estoy segura que por ti muero y vivo, que sin ti no hay paraíso, eres el nombre de mi vida, la dueña de mis días, la silueta de mis sueños, la encarnación de un ser perfecto... todo lo que soñé sin pensar en poder tener lo encontré cuando por primera vez te besé.

Amor, una palabra que encierra todo y a la vez nada comparado con todo lo que por ti siento, mi corazón es una vida latente que cobró sentido después de saber que sentías  por mí algo especial, mi mente la razón suficiente que adquirió sentido después del primer momento contigo… y mi vida, la perfecta ironía donde tu existencia es la experiencia más hermosa y fantasiosa, fuera de realidad, enmarcada en un contexto de sueño verdadero que hace que mis pasos cotidianos floten sobre nubes de algodón.

El tiempo pasa… cada transcurrir me hace pensar en tantas cosas que hemos vivido, compartido, soñado, anhelado, sufrido… y por qué no, querido olvidar; y pienso que aunque ha sido un gran recorrido gozando de tu presencia, es tan solo una gota del gran océano que queremos navegar en mutua compañía.

Tan solo una palabra no fue suficiente para elucubrar sobre el gran sentimiento que hacia ti alberga dentro de mi ser, tan solo una palabra no fue suficiente para comprender la grandeza de la esencia que reside en dos cuerpos haciéndonos un mismo ser, tan solo una palabra no fue suficiente para inspirar mi alma y desplegarse en bellas palabras que nacen cada momento que mis labios musitan tu nombre, acelerando mi palpitar y aclarando mi pensar…

Creo que jamás lograré encontrar tan solo una palabra que logre explicar, descifrar y expresar lo que mi corazón siente por ti…