Sonreír
observando al cielo mientras el pecho se llena de suspiro de alma, regocijo de
sueño, un anhelo se convierte en viento y una estrella cobra vida en el reflejo
de mi fuero interno.
Cerrar
los ojos y recordar aquellos momentos de profunda soledad, cuando las lágrimas
se escurrían por las mejillas, cuando el grito se ahogaba en el silencio de una
máscara, cuando el corazón desquebrajado debía mentir para que nadie supiera
sobre aquel dolor que atravesaba el pecho haciendo agonizar al alma, goteando sueños
rotos y desilusiones... y aún recordando eso seguir sonriendo al no sentir dolor ni
sufrimiento al pensar en ello.
Recuerdo
también aquella idea que parecía perdida en un mar de ilusiones: “alguien que
ocupara la silla vacía”… un lugar privilegiado en mi existencia para alguien
capaz de borrar toda incidencia de circunstancias no deseadas, dolores mal
cicatrizados, temores, delirios de baja autoestima, estigmas, soledades
encontradas… fantasmas con ojos de infierno, cuerpo de hielo y alma de
ausencia.
Un
lugar desde el cual podría ver todo lo que soy y tengo, todo lo que me ha hecho
quien soy y pueda entenderlo sin juzgarlo, mofar o sortear con ello mi vida
como si fuera un juego. Alguien con alma de wonejito blanco de nariz rosada que
deseara estar conmigo cada segundo, compartir cada alegría, confortar cada
herida… una estrella con espíritu de ángel que me amara tanto como para cambiar
su cielo por mis ojos y sus alas por nuestros sueños y así volar como un solo ser
tanto tiempo como el buen Dios quiera.
Hoy
mis labios pueden menguar sin dificultad y a kilómetros iluminar, hoy aquella
estrella que tanto anhelé quiso humanizarse y cambiar sus alas por mi sonrisa…
Hoy
alguien por fin ha ocupado esa Silla Vacía con hidalguía y ha logrado cada
sueño etéreo que creía inalcanzable, me ha dado tanto como jamás pensé merecer,
ha hecho que cada lágrima tenga total valor, tanto que si tuviera que derramar
el doble o el triple por volver a encontrar a ese ser en otra vida lo
soportaría con alegría de saber que tendría el honor de estar junto a un ángel
que daría la vida con tal de mantenerme viva.
“Como
un cuento de hadas”… Parecía algo irreal hasta que en su sonrisa pude encontrar
la satisfacción más grande y profunda de mis actos, y ni hablar del mundo
detrás de sus inocentes ojos llenos de bondad y de amor, sus mejillas tan
suaves y tersas que podría pasar horas enteras paseando mis dedos sobre ellas…
probar sus labios y sentir con ellos estar en un paraíso único, mágico y nuevo donde
sólo importa el amor que nos tenemos, por fin un mundo en el que no debo
mentir, ni tratar de impresionar, sólo ser yo con mi corazón entero dispuesto a
amarle cada vez un tanto más hasta rebosar el universo y conquistarlo todo con
final en lo eterno.
Eso me encantaría poder decir algún día, es más que claro que hasta ahora sólo es una fantasía, un sueño, el deseo de mi fuero interno... simplemente un oasis, una ilusión que creo para no desfallecer en este, el intento, por mantenerme viva.
Eso me encantaría poder decir algún día, es más que claro que hasta ahora sólo es una fantasía, un sueño, el deseo de mi fuero interno... simplemente un oasis, una ilusión que creo para no desfallecer en este, el intento, por mantenerme viva.