Un
menguar radiante de sonrisa, un paraíso eterno circunscrito en tu mirar, un
suspiro que llena, un palpitar que emociona…
Guardarte
en mi memoria cada segundo que honra en los que te tengo frente a mí, tomando
tu cintura, acercando mi frente a la tuya, perdiéndome en la profundidad de tus
besos, sonriendo como reflejo de tu gesto, imaginando tanto tiempo como larga
se la eternidad…
Despertar
pronunciando tu nombre, recordando cada sueño en el que tu presencia angelical aparece
y lo convierte en realidad… aún parece ayer cuando lloraba con la luna de
testigo, pidiéndole que enviara una estrella, la humanizara y la hiciera mía…
un ángel que cambiara sus alas por mi sonrisa, un ser capaz de sanar mis
heridas, llenar vacíos, alejar por completo de la soledad de mi ser… un ser que
decidiera compartir el resto de su existencia a mi lado…
Me
encuentro hoy atrapada en un cúmulo de sentimientos puros, mágicos y
verdaderos, cantando entre mohines, besando sonrisas, deseando una eternidad
junto a ti, viéndote sonreír, perdiéndome en la hermosura de tu mirar, creando
paraísos en cada sonido que tus labios pronuncian…
Acostarme
en tu pecho y con cada palpitar encontrar un sin número de motivos para
caminar, con cada suspiro la creación de un nuevo sueño contigo, en tus brazos
encontrar el significado de la felicidad, sentir el cielo en mis manos cuando
te abrazo…
Es
estar en el Edén cuando tus labios besan los míos, pronunciar tu nombre y saber
que eres más que un sueño, eres la materialización de cada uno de ellos… Un
cosquilleo invade mi ser y de pronto me siento en un cuento donde mi Nexo toma
forma…
Por
fin encontré al ser verdadero, dueño de
mi Reino, un ser digno de sentarse en el trono… aquel pedestal que he
construido durante años esperando que alguien lo ocupara con hidalguía, capaz
de llenarlo, de cumplir el rol de estar en él… Un ser radiante para admirarle, amarle,
respetarle hasta que el destino me lo permita, hacer de cada día un lindo recuerdo
de amor…
Robarle
a diario menguantes de sus labios, llenar vacíos que atormenten de vez en
cuando su existencia, darle todo mi apoyo para que cumpla sus metas, hacerle
saber que es más valiosa que todas las riquezas del universo…
Compartir
cada momento, cada presentación… Aplaudir llena de orgullo diciendo: Ese
maravilloso ser es el centro de mi atracción, de mi delirio, de mi necesidad…
es el centro de mi vida, de mi arte… es la música que le da armonía a mi
existencia… Es todo lo que pedía a la Luna cada noche y mucho más de lo que
merezco, por lo tanto cada día seré mejor para merecerle y tratarle como merece…
No sé qué tanto me debía el destino para poner en mis manos un presente tan
invaluable…
Sólo ahora entiendo el valor de cada lágrima,
cada dolor… cada punzada de soledad, del vacío inclemente… la vida me estaba
preparando para esto, sin conocimiento previo de lo nefasto del propio encierro
no podría entender la magia que tiene estar viviendo constantemente en el cielo
caminando a un solo compás…
Hoy
–suspira con una sonrisa- puedo decir que tengo un refugio seguro al cual
llegar cada vez que las fuerzas se me agoten, unos brazos cálidos que no se
miden en mimos cuando se trata de consentirme, unos labios excelsos llenos de
amor que se posan sobre los míos con ternura creando un sinfín de sensaciones,
emociones, pensamientos tan maravillosos que podría estar prendada a tu boca
eternamente sin aburrirme ni un segundo… Dos luceros que me observan desde el
alma, un corazón que palpita pronunciando mi nombre, y una melódica voz que me
lleva con cada susurro al paraíso… Un ser que tiene por meta hacerme feliz así
como yo lo haré tanto tiempo como duren las eternidades…