El
sol, el astro más grande y sublime de la vía láctea, tan magnificente y
atrayente, que mantiene nueve o quizá más planetas girando a su alrededor,
capaz de proporcionar calor, de dibujar colores cálidos al asomarse detrás de
las montañas cada mañana y al despedirse en los atardeceres detrás de los
grandes océanos, dejando el lienzo del cielo teñido de negro…
Se
va oscureciendo la mitad del firmamento, dejándole paso al astro más perfecto y
más bello, adornado de brillantes salpicaduras a su alrededor… La luna aparece
con su juego maestro de aparecer y desaparecer con el correr de los días,
adornando la penumbra con tímida luz de plata, se convierte en testigo de
lágrimas escondidas, pensamientos escrupulosos, palabras temerosas, dolores
agobiantes; diestra en el silencio aguarda paciente a que vayamos a su
encuentro para convertirse quizá en nuestra mejor aliada y amiga…
Más
de una noche he pasado en vela contemplando su belleza, admirando la magnificencia de lo que ser luna
acarrea… un astro capaz de reflejar la luz de alguien más… no precisamente
porque no exista sin ella, sino porque su fortaleza es mayor, siendo así capaz
de demostrarle la grandeza del espíritu a alguien incapaz de verlo por sí
mismo.
Aun
entre las sombras, ella se encuentra atenta a cada una de las letras que pasen
por mi cabeza, un astro altruista que no espera nada más que sonrisas al verla
brillar bajo el cielo, sobre el mar, con su perfecta circunferencia que nos
hace anhelar hasta ella llegar… una cuna, un columpio y por qué no un escondite
seguro…
Es
difícil creer que algún día se logre llegar a tan siquiera palpar una mínima
parte de ese astro celestial, pero es imposible afirmar que en la tierra eso no
puede pasar, hay muchas lunas rondando planetas esperando que un sol les permita
demostrarles de que están hechos… hay lunas que te encuentran y te atrapan en
el embrujo de su bondad y comprensión…
Hay
una luna que me demostró el valor que tiene mi corazón y todo aquello que llevo
en mi interior, una luna de tierna figura y sonido angelical que iluminó la
existencia de un sol que solo podía brillar para los demás sin lograr ver su
resplandor al un espejo encarar…
Tengo
una luna que se convirtió en mi sol al hacerme irradiar lo que realmente tengo
para dar… Un sol jamás será completo si no tiene una luna que secunde el fulgor
de su corazón…
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