lunes, 24 de marzo de 2014

Cataclismo

Quería evitarlo pero no lo logré, quería evitar que mis sentimientos y pensamientos oprimidos por la prudencia se quedaran en el rincón sin luz de mi mente, rebotando como eco, destruyendo cualquier buen pensamiento, cualquier tipo de ilusión o atisbo de esperanza, pero no lo logré.

No logré acallar mis miedos, no logré vencerlos, no logré encerrar el dolor en un simple recuerdo, no fui capaz de mantener el manantial de rocío en un glacial... ahora una catarata inunda mis ojos, venciendo las barreras de piel y derramándose lento pero agobiante por mis mejillas ya húmedas en silencio.


¿Acaso eso me convierte en una mala persona? ¿Acaso sentir le quita valor a mi existencia?¿A mi rol?
Mi mente está aturdida, mi ser tiene miedo de sentirse vacío de nuevo... de no saber qué hacer, de no ser lo suficiente para solucionar los problemas de su estrella.

No entiendo qué me pasa, sólo sé que lloro sin parar ni un segundo, quisiera aquietar mi mente y dejar de pensar, de imaginar cosas... quisiera un abrazo de carne y hueso, no un gélido suspiro de soledad que me atraviese el alma y me deje sin consuelo, quisiera una palabra cálida, una voz de aliento...

Quisiera también, no ser la culpable de todo esto, quisiera que por una vez en la vida todo no fuera tan complicado, tan duro, tan frívolo... Quisiera un consejo, quisiera que alguien me entendiera sin reprochar mis pataletas o reclamos. Quisiera que tan sólo me callaran con un abrazo, apoyando mi cabeza en el pecho, dejando que mi caos se calmara con un tierno palpitar de corazón.

Quisiera por supuesto no sentir angustia, ni miedo al hablar... quisiera tantas cosas que quizá no tengan lugar, quizá no las merezco, quizá pido mucho... quizá pido sin argumento y sólo demento mientras pienso que lo que hago está bien.

Suena algo infantil, pero en momentos así es que más extraño a mi madre... era el único ser con la capacidad de perdonarme y buscarme en la noche para abrazarme sin importar cuán mal me hubiese portado, ella simplemente me acunaba entre sus brazos y me decía lo mucho que me amaba... así aprendí que a quienes amas de veras debes buscarles después de una pelea así no haya sido tu culpa, pues el amor es tan noble que no mira el daño que te hayan hecho si no cómo puedes remediarlo y darle un escarmiento a la otra persona sin necesidad de ofenderle, ni pagarle con la misma moneda, un acto de nobleza doblega más corazones que actos de crudeza emocional.

Ella ya no está... desde entonces he tenido que levantarme sola una y otra vez, llorar en silencio, en soledad, anhelado con cada murmullo de llanto que alguien me abrace en mi soledad y haga que ya no me sienta fatal.

Tengo seres maravillosos a mi alrededor, lo sé, quizá soy algo desagradecida, pero ninguno me ha tenido la paciencia que me tenía ella, cuando me equivoco me hacen ver con sangre incolora que emana de los ojos que lo he hecho mal y por ningún motivo se acercan a abrazarme y exhortarme con la magia de la nobleza, si me porto mal lo pago, así de sencillo... ya no quiero jugar a qué casa es más grande, sólo prometo no volver a fallar. Perdón de corazón, prometo ser mejor para no llorar dolor por mi propia acción...