lunes, 14 de diciembre de 2020

Punto Muerto…

 Intentos… ya no sé cuántos llevo, son muchos, todos fallidos por supuesto, aquí sigo frente a la pantalla tratando de entender lo que me pasa, lo que pienso, lo que siento… tratando de deshacerme de ese dolor intenso que atraviesa mi pecho, que manipula mis pensamientos, mis sentimientos… que incluso amenaza por tomar control de mis decisiones, de mis deseos… 

Entender este estado necesita mucha empatía, incluso haberlo transitado. Es un desierto negro lleno de preguntas, lleno de recuerdos, de vacíos, de frustraciones, de dolores, lleno de cargas con las que muchas veces no quisiéramos lidiar. 


Y resulta tan sencillo para aquellos que están donde el sol cobija sus sueños darte consejos, aparentemente buenos, pero que al final son recursos viejos, gastados e inútiles. Tan carentes de sentido que es preferible guardar silencio y admitir que no tienen respuestas a tantas encrucijadas. 


Y lo sé, lo admito, no es fácil de tratar, de entender, de sobrellevar, incluso entiendo cuando quieren alejarse y no “hacerse cargo”, excusas siempre hay, mi sueño sigue latente, pensar en que alguien haría lo imposible por rescatarme… y sí, eso que estás pensando también me lo han dicho, que nadie puede rescatarme, que nadie puede ayudarme, que la única que puede tomar una decisión soy yo… pero adivinen, si pudiera hacerlo ya lo habría hecho, no piensen que estar así es divertido. 


Una de las preguntas más grandes que tengo es qué tan importante soy para las personas que me rodean, para mi familia, para mis “mejores amigos”,  para mi pareja, incluso compañeros de trabajo… a veces me pregunto, qué dirían en mi funeral, qué pensarían luego en mi ausencia, mucho más allá del hecho de preguntarse por qué lo hice… ¿Me extrañarían? ¿Qué extrañarían? ¿Qué me hubiesen dicho antes de mi partida? … Y al final, todos seguirían con su vida, con el tiempo mi ausencia se transformaría en un recuerdo, uno que quizá luego se olvidará y entonces moriré para siempre. Siempre he tenido la sensación de que estorbo, que la gente no sabe “qué hacer conmigo”, todos se van, todos me dan la espalda… siempre estoy sola, lidiando con mi soledad, mis pensamientos. 


También he querido estar en un Punto Muerto… la vida me enseñó que las personas valoran lo que tienen cuando sienten que lo pierden… quizá si por alguna circunstancia estuviera en ese limbo, donde puedo escuchar todo lo que dicen sin poder moverme, al menos por un día, sabría para quiénes realmente soy importante, qué significo para ellos, qué rol en su vida cumplo y de qué manera los hago sonreír… 


Hoy lo intenté de nuevo y nadie lo notó, ni yo, pareciera una señal del destino, que me cachetea y me hace ver otra manera de visualizar el panorama… sólo estoy algo mareada, dopada, torpe, no más que eso. 


Por favor, ni se te ocurra darme charlas motivacionales, no me preguntes por qué pienso esas cosas si me “veo tan bien”, mucho menos me compares con personas “que tienen menos” o “más dificultades”, esta es mi lucha, no necesito comparaciones, tampoco me recomiendes terapia o medicamentos, desde los 8 años lo he intentado y llegué a la conclusión que sólo amortiguan, disfrazan lo que te pasa, no soluciona nunca de raíz, tanto que, llevo creando máscaras durante todos estos años, para decir “que estoy bien” y realmente, nunca lo he estado, porque no he podido ser honesta, porque no he podido expresarme libremente, porque no he podido decirle al mundo, a mi mundo lo que me duele y resolver las dudas existenciales que tengo, en vez de suponer o crear espejismos… así que si alguna de esas frases de “no estés triste” o similares se convierten en pensamientos, no los manifiestes conmigo, no es lo que necesito ahora. 


Si llegaste hasta este párrafo y significo algo importante para ti me encantaría saberlo, quizá pueda reencontrarme, quizá me ayude a sentirme mejor conmigo misma, descubrir que no soy inútil, que no soy un estorbo, que vale la pena darme la oportunidad de sonreír, de ser feliz… de vivir…