Qué
fácil es hablar, escribir en función del momento, qué fácil resulta ahora decir
te quiero, te amo, siempre estaré para ti, jamás estarás sola… y bla bla bla,
toda esa parafernalia encajonada en frases mecanizadas que con el mal uso
perdieron su razón de ser, su esencia, su compromiso al ser expuestas ante el
viento, ante el lienzo, ante un papel…
Ahora
me debato entre la realidad y un manantial de recuerdos que amenazan con
destruirme, la razón cuestiona en qué momento me permití vivir un sueño que
parecía realidad, en qué momento entregué tanto e imaginé que siempre sería así
si siempre estaba tan consciente de la realidad… ¿en qué momento cerré los ojos
para vivir inmersa en una ilusión?
¿Qué
le pasa al cielo conmigo?... Todas las estrellas que creo haber conseguido son
solo la luz tardía de una que ya había muerto… luz que se pierde en la
inmensidad del tiempo, dejándome inmersa en la oscuridad frívola de la soledad…
¿Qué tanto pretende castigarme el destino para retribuírmelo y ser feliz?
Entonces
había encontrado un mundo completamente nuevo, uno diferente, uno que por más diferente
al mío fuera tenía un cielo en el que podía verme reflejada… era entonces lo
que a mi alma le faltaba para ser feliz, para estar completa…
Y
cada palabra te confirmaba que era ese ser el que habías estado buscando
durante tanto tiempo, aquel magnificente ser que lograría darle valor a tu
existencia, darle un motivo a tu corazón para latir gozoso, darle prosa a tu
aliento, inspiración a tu arte… vida a tu vida.
Y
siempre ocurre de la misma manera, llega en el momento que menos lo esperas,
cuando todo parece tan perfecto, tan divino… tan eterno… momento que sólo
habitan en lo más recóndito de tus sueños, no se necesita tener 10 dedos de
frente para entender que tus sueños no serán lo que te toque de vida… por eso
son sueños, están allá en lo etéreo, en lo inmaterial, en lo perecedero
mientras tengas al menos la esperanza de ilusionar al alma con espejismos
pasajeros…
Mi
sonrisa yace una vez más perdida en medio de anhelos vanos, en medio de cuestionamientos
que jamás he podido responder, en medio de lógicas aparentes que tratan de
menguar mi dolor pero lo único que hacen es racionalizar más lo vacío de mi
existencia…
Siempre
he sabido que no valgo lo suficiente para merecer lo que deseo pero siempre
olvido lo doloroso que resulta ser cuando debo ser consciente de ello, por qué
se me arrebata la felicidad, la tranquilidad, la paz, la calma… pierdo mi
refugio seguro quedando a la deriva, vulnerable… obligada a usar máscaras, de
eso parece tratar mi vida, fingir que soy para que lo demás no noten que realmente
no soy nada… sólo una PERSONA dotada de no sé cuántas cosas que no le sirven de
nada porque no tiene a quién dedicárselo…
Tengo
tantas canciones inconclusas, canciones que hablan de todo lo contrario que mis
letras, canciones que jamás he dedicado tan siquiera terminado de escribir, los
sentimientos felices no parecen sentirse identificados con mi esencia, siempre
me persigue la lúgubre apariencia de la soledad y todo lo que ser ella estando
en sí acarrea.
Necesitar…
realmente nunca me necesitaste, cuando algo es indispensable es porque sin ello
no podrías vivir, como el aire, el agua, el alimento… si te faltase alguno
morirías con el tiempo.
Hoy
el vacío ocupa mi pecho, hoy el silencio arrulla mis pensamientos, hoy la
oscuridad hace juego con los sentimientos desquebrajados a causa del dolor… siempre
hay una manera de morir sin estar bajo tierra, hecho un ser inmaterial… a la
merced de la tristeza y a soledad hoy ha muerto mi corazón.