martes, 22 de junio de 2010

Oscuridad…

A veces es necesario estar en la oscuridad de nuestra propia soledad para comprender la grandeza de nuestra existencia, ese agujero que perfora el pecho, atravesándolo para dejarlo sin aliento no es más que la ausencia de la presencia propia en el mundo personal, creado por la mente y manipulado por las ideas, regado con el manantial perfecto de sueños, adornado con toques de ilusiones, acogido por momentos y situaciones…

Un mundo reflejado en el espejo de tus pensamientos, un mundo que a veces pide a gritos que sea descubierto y dado a conocer como un lugar arqueológico que han estado buscando por largo tiempo, para conocer su historia, su pasado y el por qué de su destrucción. Caótico y equilibrado, luminoso y oscuro, fuerte y débil… todo es relativo, nada es absoluto. El uno hace parte del todo, y el todo hace parte del uno, es un perfecto complemento que logra mejorar la existencia de determinado ser, sentimiento, momento…
Siempre estamos caminando sobre una delgada línea divisora entre lo que cognitivamente se entiende por bien y mal… nunca se será lo suficientemente bueno para no ser malo, ni lo suficientemente malo para no ser bueno… Así que por qué auto juzgarnos? Por qué despreciar nuestra existencia?... en el momento que seamos conscientes de la importancia de nuestro ser lograremos que el mundo vea la grandeza de él… de lo contrario seguirá siendo la Atlántida que por tantos años han buscado sin encontrar más que leyendas sobre aquella ciudad perdida… 

Es tan fácil hacernos daño… nadie más que cada ser sabe cómo hacerse el daño necesario para crear la agonía súbita que brama ilógicamente por encontrar el final de los latidos del corazón… Cada ser piensa lo que le conviene, es más fácil acomodar la realidad al egoísmo de los propios pensamientos, que acomodar los pensamientos según el molde que ha sido hecho por varios años ya corridos en el tiempo…

En la soledad de mi compañía logro deslumbrar ideas que en la compañía de mi soledad se trastornan en mágicas pesadillas que ponen final a todo lo que quería pero que tal vez no necesitaba, con el susurro de mis pensamientos aclaro todos los sueños que mi mente había forjado con los sentimientos circundantes de mi pecho, con el abrazó del viento abrazo mi propio cuerpo para descubrir que yo soy el verdadero motivo y salida del encierro habitante en mi pecho …

1 comentario:

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