jueves, 11 de marzo de 2010

Reflexión de mi Yo…

Estaba sentada sobre mi cama a la luz de la luna que atravesaba la ventana, llorando como una niña al perder su muñeca me preguntaba el por qué de aquella situación que apresaba mi corazón al dolor. Por cada lágrima trataba de buscar una salida, y aunque muchas rodaron por mis mejillas ninguna parecía ser la más optimista. El cobarde teme lo que no entiende, pero el valor no es la falta de miedo, sino la certeza de saber que hay algo más importante.

Misma historia, con un final escrito diferente, eso eres tú, un libro en que se escribe a diario y lees en el recordar del tiempo, no sabes cómo seguirá la historia, no entiendes lo que es, pero sabes que todos los finales son iguales, para algunos trágico, para otros tan solo significa el final de una historia y el comienzo de otra, y tal vez para otros llega antes de lo esperado, el caso es que es una misma trama con fluir de palabras diferentes, es algo complejo de comprender si lo haces a la ligera, pero no lo es cuando piensas bien en ello.

Todos quisiéramos vivir en un cuento de hadas donde todo es un sinónimo de perfección, un mundo donde el bien siempre triunfa y se quedan con la mejor parte, aún los malos del paseo reciben recompensa, aprenden algo y se les perdona sin mucho drama o simplemente desaparecen pero nunca de forma dramática, después de todo es un cuento para niños, pero aún así sé que todos alguna vez hemos soñado con ser de la Realeza, pareciera que todo es tan fácil, lleno de lujos y personas que hacen prácticamente todo por ti, pero la realidad es otra, el saberla nos hace cuestionar si realmente vale la pena sacrificar tanto por esos lujos y comodidades, la verdad es que no se trata del vestuario o de lo mucho que poseas, trata de la obligación que se tiene con la patria y de lo que se hace por ella. 

Si aplicáramos eso de una manera un poco más subjetiva podríamos decir que cada uno pertenece a la Realeza de su ser, gobierna la patria del YO, para difundirse en TU, ELL@S, y crear alianzas del NOSOTROS; Es un modo totalmente diferente de vernos, cada quien es gobernante en su mundo, en su vida y escoge lo mejor para ella, pero… no para todos lo mejor tiene el mismo significado ó aún peor el mismo camino, todos somos tan diferentes, cada uno es una especie de microorganismo independiente con inteligencia propia, de modo que cada quien le da su punto de vista para referirse a “Lo mejor para ella”.

De qué sirve escoger el lado material si convierte a las personas en seres vanos y amargados, que solo piensan cada día en tener más sin pensar en lo que realmente importa como la familia, los amigos, sus sentimientos, sus sueños, sus ilusiones… Sus Reinos Interiores. Después de todo las lágrimas no fueron en vano, aunque no son causadas por lo escrito, fueron el medio para pensar en lo que importa, para dejar de ser tan ego centrista y prestar más atención a el enriquecimiento espiritual y mental para mejorar el mundo en el que están nuestros Reinos, puede que jamás se obtenga el conocimiento absoluto de las cosas ni la limpieza total del alma, mente y corazón, pero si ayudaría a que dejemos de sentirnos como balas perdidas, sin saber cuál será la próxima víctima de nuestro desprecios y malos tratos, de nuestra declaración de guerra por conquistar nuevos reinos y hacerlos prisioneros; a veces las balas son boomerangs, por cada vez que atacamos recibimos un golpe fuerte pero eso pareciera no importar, ni con eso vemos los errores que deberíamos enmendar, parece que parte de nuestra felicidad estuviera en herir a las personas que nos rodean, no nos importa destruir parte de sus Reinos, sin pensar en las consecuencias de nuestros actos y en lo difícil que puede llegar a ser reconstruir todo de nuevo, muchas veces nuestras dianas son los aliados, Reinos que nos han ofrecido apoyo y protección, que duro es aceptarlo pero los traicionamos, rompemos las Alianzas y patéticamente pensamos que la solución es pasar una carta de perdón después de haber desbastado toda una población de sentimientos, sueños e ilusiones, que aún tendidos en el desierto del corazón marchito por el dolor tratan de emerger una vez más como las flores en primavera después de un funesto invierno.

Lastimar un corazón va más allá de causar un dolor expresado en lágrimas, es como arrugar una hoja de papel y esperar que quede igual al estirarla, cada arruga es un dolor y entre mas fuerte más notorio será el pliegue y más difícil de desvanecer, de olvidar. Y aunque traten de ocultarlo todos tienen un corazón de cristal, lo más delicado en el cuerpo humano tanto psicológica como físicamente, por obvias razones todos tratan de protegerlo con la mejor armadura forjada en el mejor metal para alejarlo de las filosas espadas del ejército de la sociedad, pero aunque sea del metal más fuerte, hay soldados muy diestros que dominan su arma a la perfección y no se acobardan por una armadura, su objetivo está  más allá del exterior, de tu protección, es así como tu armadura puede romperse en mil pedazos, que parecieran no volver a formar parte de nada y mucho menos de lo que era.

Para remediarlo a veces es necesaria la ayuda de los aliados, “hasta los superhéroes necesitan ayuda de vez en cuando”, la idea es la reconstrucción de algo que tal vez no recuerdes cómo era, hay que recolectar todos los pedazos para luego armarlo, no importa que quede como una obra de Picasso, sólo importa que sea capaz de renacer de sus cenizas como el ave Fénix, para convertirse en un nuevo soldado, con nueva armadura, más fuerte y duradera que mantendrá su corazón a salvo del dolor y lo ayudará a ser más sensible para poder ayudar a otros en su reconstrucción y renovación, para ser así hacedores de lo que somos, de lo que vivimos, para ser lo que nacimos, Humanos.


La verdad duele mucho pensar sin sentido en un mundo irreal. El mundo no se va a acabar porque no esté para él, pero tal vez yo si caiga para siempre si no estoy para mí. Todo esto tal vez sea algo sin lógica, pero lo que ahora no entiende el corazón la razón luego lo hará, tan pronto salga de la penumbra del dolor, atraído por el ocaso que me encierra en mi propio yo, dejándome sin salida, donde miles de veces, aunque me duela, pienso en lo que se siente hacer la reconstrucción sola. Innumerables veces he estado en la serenidad de su compañía, es buena pero solo si es de pasada, su voz puede ser tan dulcemente hiriente que logra desenfocar mi mente, tal vez en su pensamiento albergue una voz de aliento para alguien que necesita comprensión, qué más da, una vez más el destino decidió unirnos a la fuerza, es necesaria, solo en ella descubrimos el verdadero valor de lo que nos rodea y el sentido que eso le da a la existencia en nuestro Reinos…


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