martes, 31 de enero de 2012

Sueño de luna…


Una estrella en el cielo, el reflejo de mi deseo, la respuesta escondida en mis sentimientos, pensamientos traviesos que se vuelven anhelos, fantasías que dejan de ser sueños y realidades que parecen de cuento…

Un sol que encontró su reflejo, una luna que dejó de estar perdida en el lienzo negro de la noche en el cielo, un deseo hecho estrella, una estrella hecha materia… materia hecha sentimiento… el más bello, profundo y completo entre todos ellos.

Un sentimiento sin remedio, sin lógica ni explicación… tampoco existe el empeño suficiente para entenderlo, basta con sentirlo para saber que es verdadero, encontrarlo en el universo nuevo que se esconde tras los ojos de un ser que lo ha hecho nacer desde las penumbras de la soledad y convertirlo en la sonrisa que le das día a día al sol después de saber que eras más importante que la tierra… eres la luna que encierra su materia de ser en el universo, el reflejo escondido de lo que guarda con recelo en su interior.

Ansío con fervor que llegue la noche y encontrarte dibujada en el cielo de mi sueños, escuchar tu voz en el silencio, sentir tu cariño en el latir desacompasado del corazón, suspirar en tu nombre, sonreír por tu existencia y dejar que el tiempo transcurra tan rápido como los minutos y segundos se lo permitan para estar junto a ti una vez más.

“Nunca digas nunca”, nunca pienses nada definitivo… no sabes cuándo el destino se encargue de recordarte que tu existencia tiene más de un motivo para ser verdadera, llena de experiencia que la conviertan en una vida plena.

Durante tanto tiempo he esperado sentada frente a la ventana que una estrella humanizada descendiera del inmenso cielo irradiándome sin pensar en comprender el por qué de aquel sentimiento, que al parecer decidió convertir en ángel con alas de cristal dispuesto a dibujar sonrisas en mi rostro por su propio bienestar.

Reír, soñar, cantar con melodías propias, escribir inspirada en el recuerdo perfecto de tu imagen… dejar sentir al corazón lo que la razón se niega a comprender, no por ignorancia, sino, por perpetuar la magia de aquella sensación que siento cada vez que en tu nombre pienso, por cada suspiro que nace en el maravilloso recuerdo de haber compartido junto a ti no sé qué tanto tiempo… tiende a perder significado estando a tu lado y a eternizarse cuando debo esperar por volver a abrazarte…

Esperar… esperar vale la pena cuando sé que mañana tendré tu silueta dibujada en la sonrisa que nace en mi alma al recordar que una dulce estrella humanizada vela por mi felicidad; y termina en mi cara, para inundar mis ojos de vitalidad, de brillo, de esperanza… del sentimiento más hermoso y perfecto sobre el reino de los estremecimientos.

Anhelo seguir siendo el sentimiento bello que ahora habita en el centro de tu pecho, motivo de tus sonrisas, suspiro de tus suspiros, pensamiento perpetuo, excepción a tus reglas… el ángel que logró cambiar más de una razón, explicación, motivo, sensación en tu corazón… en tu mente… en tu vida.

Eres la luz que ilumina mis motivos, eres el sol de mi arte… eres el sueño de luna, la luz de plata, la prosa de mi aliento… las estrellas de mis sueños, el lienzo de mis anhelos, la musa de mi arte… el suspiro capaz de dibujar sonrisas sin necesidad de fingirlas…

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Solo escribe lo que piensas, no importa qué diga el mundo sobre ello...