sábado, 8 de enero de 2011

Pero, así es...

Hay cosas en la vida que pasan, parecen imposibles… pero, así es…

Nunca llegaré a entender el misterio del destino, ni los designios de su pensamiento, hay cosas que reprocho, otras que intento negar, rechazar… y hay otras que simplemente no puedo creer.

Y entonces llegó ese misterioso ser, de mirada bonita, sonrisa radiante y palabras que logran sublimar mi alma y enriquecer mi espíritu de alegría plena, queriendo ser mi amiga con objetivo pleno de convertirse en el sueño perfecto.

A paso lento marcó las bases que unieron nuestras almas, con tiernas miradas logró penetrar hasta el fondo de mí ser, con elocuentes silencios me escuchó sin juzgar y apoyó sin reprochar; con palabras de aliento engrandeció mi ego y por fin sentí que era importante y tenía oportunidad de ser lo más importante para alguien que buscara ante todo mi felicidad…

Tal vez eso suene egoísta, pero después de todo, es lo que cualquier altruista espera al dar desinteresadamente… con su actitud busca llenar el vacío que inclemente, la hace sollozar. Paradójico pensar que un altruista espere algo de los demás cuando lo hace sin pensar si algo recibirá… pero el equilibrio de la vida demanda que “para recibir algo hay que dar algo del mismo valor”.

…*suspiro*, ni aun conociendo todo el vocabulario del mundo, podría describir la sensación producida por la satisfacción de ser lo único, lo más importante… donde no importe más que tu felicidad adornada con una sonrisa verdadera… 

Y, luego de que habías pensado que la felicidad no estaba en tu camino, te das cuenta que por mucho que has perdido te ha llegado la recompensa, y poco a poco ese ser se convierte en tu centro, en el aliento cálido, en tu primer pensamiento al despertar y el último antes de dormir, para convertirse en el sueño nocturno; en la sonrisa que se escapa desprevenida cuando con su imagen recuerdas, en las mariposas que revolotean cuando su voz escuchas, sus letras lees, sus labios tocas, su ser sientes… es el deseo intenso de hacer cuanto sea por verle siempre sonriente, de brillantes ojos y corazón acompasado… por quién harías todo y todo dejarías de hacer por estar cerca. 

Es el número uno para todo, es la prosa de mi aliento, la musa de mis letras, la melodía de mis días, el compás de mis canciones, el nombre de mi vida, el hada de mi cuento, el sueño perfecto… todo lo que quise y nunca pensé en tener, y ahora por un designio del destino lo tengo y sigo sin poder creer… pienso que estoy en un sueño el cual deseo que sea perpetuo, sin sus ojos no veo, sin su boca no musitaré alguna palabra otra vez, sin el latido de su corazón yo… simplemente me muero…

¿Por qué? Porque es mi único consuelo, entiende todo sin saberlo de mi boca, sabe cuándo mantener el silencio y tan solo abrazarme para desahogarme… sabe qué hacer, qué decir… sabe todo de mi, mi pasado, es mi presente y anhelo que mi futuro… mi mayor tesoro, el mejor regalo, lo único que quiero, todo lo que necesito y más de lo que merezco.

Mi suelo, mi cielo... eres el sueño perfecto en el que quiero seguir viviendo por la eternidad hasta que el tiempo se agote y solo quede “para siempre” flotando sin dueño con libertad de serlo eternamente…

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