Quién se busca se encuentra, solo así sabrá la grandeza de su ser, de su espíritu.
Para encontrarse, hay que evaluarse, hablar con el interior; y aunque sea irónico decirlo, solo se consigue cuando se está en el fondo del abismo, donde todo parece estar oscuro y apartado, donde la solución no emerge como flor en primavera y todo se ahoga en el mar de pensamientos involuntarios que despierta el deseo de “desfallecer de inmediato”.
La existencia es un transcurrir de la vida inmerso en el océano de las circunstancias y vicisitudes, en la que cada ser hace su mayor esfuerzo para encontrar la felicidad necesaria para su frágil corazón que brama por un motivo para seguir con el ritmo incesante de bombeo. El ser un humano implica sentir pensando y pensar sintiendo, la lógica racional jamás entenderá el capricho del corazón que siempre sabe como argumentarse ante pensamientos que traten de refutarlo. Hay quienes juegan a ser de roca, dando la impresión de ser insensibles, aunque la verdad es que son aún más frágiles que alguien que demuestra más a menudo lo que siente, piensa, vive y aprende.
Ser un ser es complicado, porque todos están expuestos a los ojos inclementes de una sociedad “manipulada” que todo lo rige por estereotipos y lanzan juicios sin tener conocimiento de la verdad que se esconde detrás de máscaras y falsas actitudes que simplemente están protegiendo la parte más noble de su SER.
“¿Hacia dónde va la gente? Hacia dónde va Vicente” pareciera ser el slogan con el que cada ser desarrolla una personalidad, o bueno, al menos la gran mayoría, porque toda “regla” tiene su excepción… y entonces encontramos a las personas “malas” que pueden influir sobre los demás para desviarlos del camino. Pero ¿cómo determinar quién es bueno o malo? Realmente es complicado ¿por qué? Porque todos buscan un “alguien” al cuál seguir, puede ser Vicente, Joaquín, María, etc., todos buscan un prototipo de vida. Pero si todos tenemos las mismas capacidades ¿por qué debemos pisar los pasos de otros? Simple, no hemos logrado hablarnos. Cuando lo hacemos es en un mal momento, “y entonces el yo se inventó y se encontró con migo para auto destruirse”, donde las circunstancias llevan a conclusiones vanas y facilistas, dónde la verdadera identidad del ser queda reducida a la simplicidad inexistente de la coherencia y la cordura se esconde detrás de excusas repetidas que han perdido veracidad y firmeza.
La firmeza de un ser está basada en el conocimiento que tenga sobre sí mismo, la vida es una experiencia que solo las personas con decisión pueden afrontar, nadie logra sobrevivir eternamente pero sí puede convivir a su lado por un determinado periodo de tiempo. Si se pretende buscar la perfección jamás la encontrarán, porque la perfección de ser humano y de su existencia misma es la imperfección, eso nos hace humanos, mortales, transeúntes de esto que llamamos planeta tierra.
hola...
ResponderEliminarhace mucho q te leo pero nunca tengo tiempo de decirte algo o como me parece...
tus pensamientos analiticos y profundos llenos de veracidad me han tocado profundo en el alma, si se q suena cursi pero es enserio... eres excelente, regresare luego con un comentario mejor q este...
pdt: la musica del fondo es fantasticamente melancolica.. me encanta..
te dejo mi msn por si algo n_n seria increible hablar contigo:
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