domingo, 19 de agosto de 2012

Ilusiones…


Allá en lo etéreo, en lo perfecto, donde nada se crea o se destruye por lo ajeno, solo están tus pensamientos... allá en lo incierto donde habitan tus sueños, donde nada es más poderoso que los deseos... sí, allá donde no hay tiempo, donde el dolor es tan solo un pasajero del recuerdo, donde la ausencia te abraza y el silencio te canta... Sí, allá donde tu reflejo es una silueta negra ansiosa por el espejo de una sombra con apariencia quizá ya algo lejana, una sombra con rostro quizá ya algo deformado por los sucesos, tanto viento ha pasado que olvido cuán alta era la montaña, ya ha perdido su forma, su color, su fuerza, pero jamás su esencia de ser montaña…

Quizá lo mejor sea callar, ahogar, aprisionar pensamientos, sentimientos y emociones, ser una hija del vacío y la frialdad… al parecer es necesario un poco más del implacable frío de la ausencia material de un ser que te abrace en la oscuridad… Tengo frío, en el apogeo de invierno las columnas de rocío bañan mi ser desnudo, ahogan mi corazón tendido en el suelo, en pedazos…

Ahora soy víctima de mis propias palabras… lo sé, no siempre tenemos lo que queremos, no basta con desear las cosas… dicen que soñar no cuesta nada, pero, para mí, cuesta más que cualquier tesoro material en el universo, cuesta el tesoro interior, cuestan sueños, ilusiones, esperanzas, sonrisas… cuestan cuando se quedan en lo intangible de la imaginación, cuando no trascienden en la realidad y solo tenemos acceso a ello cuando soñamos, independientemente de si estamos dormidos o no…

Quisiera perpetuar tu sonrisa, encontrar un motivo para que jamás deje de iluminar la hermosura de tu rostro, reflejar la perfección de tu alma, la magnificencia de tu ser… Quisiera ir al infinito a conseguir curitas de cielo galáctico para cerrar cada herida que tenga tu corazón, reconstruirlo, dejarlo como nuevo, que no sufras, que no llores más en silencio… que no sientas vacío, que no sientas dolor de ausencia, susurros de soledad…

Quizá, lo único que me queda ahora es aceptar lo que pasa en la realidad tangible y dar lo mejor de mi desde el punto en el que ahora me encuentro, no importa el “nombre” con el que ahora debes llamarme… para mí lo único que importa es que no dejaré que la soledad abrace tu ser porque no me alejaré, no dejaré que el silencio te susurre vacías y traviesas palabras porque no callaré, no te dejaré caer a lo profundo del abismo porque mi mano está tendida hacia ti, no dejaré que te pierdas en la oscuridad porque si quieres puedo ser tu luz cuando la bruma espesa de la noche amenace con borrar tu mundo… Sigo estando, acá, contigo, para ti, no importa absolutamente nada… siempre estaré aquí.

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